lunes, 8 de febrero de 2010

the smiths (1): la llama eterna


Hay grupos y hay GRUPOS. Hay artistas y ARTISTAZOS. Y a ambos segundos grupos pertenecen The Smiths, una de las bandas más grandes que hayan existido. Por temazos, discazos, portadacas y sobre todo coherencia. Habría que irse muy atrás en el tiempo para encontrar un grupo que igualara tan tremendo repertorio como el que manejaron los de Manchester. ¿Los Beatles, quizás? Quizás, pero pocos más han conseguido juntar tal pléyade de canciones en solo cuatro discos de estudio y un reguero de singles de impresión. Todo en el grupo me gusta. La voz de Morrissey, los trenzados de guitarra de Johnny Marr (en serio, uno de los mejores) y la base rítmica que podía ser elástica y poderosa como pocas. Y las canciones, sobre todo las canciones. "Ask", "Panic", "Bigmouth Strikes Again", "This Charming Man", "Handsome Devil", "What Difference Does It Make", "How Soon Is Now", "There Is a Light that Never Goes Out"... ¿Sigo? Podría hasta agotar un repertorio que emociona por acumulación.



Y en cuanto al envoltorio, pocos grupos han cuidado la estética de sus álbumes como The Smiths. Esas fotos en sepia o colores virados. Ese clasicismo tan rompedor. Resulta difícil describir lo bien que va con la música que contienen. No es de extrañar que un grupo que supo hacer tan bien las cosas se agotara pronto. No me cuadraría que hubieran seguido explotando una fórmula que quedó bien donde quedó. Y no me voy a meter en luchas de egos y malos rollos entre el dúo compositor. Pasó lo que tenía que pasar. Y punto.

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