ROCK & ROLL. Por última vez en su historia, los Stones lanzan dos ediciones diferenciadas en Reino Unido (y Europa) y los EE.UU. Aquí hablaremos, una vez más, de la edición primaria, que en este caso es la británica, lo cual puede molestar un poco al dejarnos fuera dos gemas del calibre de "Let's Spend the Night Together" y "Ruby Tuesday", solo aptas, parece ser, para los "delicados" oídos de más allá del charco.
En general, las expectativas se ven algo reducidas con la continuación a su estreno autónomo, un Aftermath (1966), que hacía que nos las prometiéramos muy felices. No es que este sea malo, ni mucho menos, pero sí que es claramente inferior, y por tanto frena una progresión que se antojaba imparable. Aun así, sigue conteniendo alguna gemita de cierto valor. También en esta edición para las islas, como la evocadora "Back Street Girl", la sugerente y dylaniana "Who's Been Sleeping Here?" o la vodevilesca "Something Happened To Me Yesterday". Más pop y menos blues, esa pareceía ser la nueva receta a seguir. No puedo decir que me satisfaga el viraje de una banda a la que, a diferencia de su obra anterior, parece que le va grande la responsabilidad de escribir sus propias canciones.
Resumiendo, y sin exagerar, tampoco es que traicionen nuestra confianza con este trabajo. Podría haber sido bastante mejor, pero por mucho que me gusten, hay que reconocer que los Stones no eran los Beatles, y aunque conseguirían tocar el cielo con las dos manos y no separarlas de él en casi un lustro, todavía era pronto para eso.
★★★☆☆
La reseña se refiere en todo momento a la edición británica. La americana incluía "Let's Spend
the Night Together" y "Ruby Tuesday" en lugar de "Back Street Girl" y
"Please Go Home". Un cambio más sustancial de lo que pudiera parecer y que aboca al disco al pelotón de cola de la discografía del grupo. O al menos a los últimos puestos de entre los discos con canciones propias.
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