viernes, 4 de septiembre de 2009

cuando el color era de verdad

The Adventures of Robin Hood (Robin de los bosques en España), la película clásica de Michael Curtiz y William Keighley, se ha convertido en un asunto peliagudo con los años. Muchos la vimos de pequeños y tenemos un recuerdo muy bonito de ella. Lo peligroso puede ser verla con cierto criterio crítico y esperar una obra maestra como se la ve en ciertos círculos. No lo es. Pero es que eso, no lo olvidemos, es muy difícil y esto es una simple película de aventuras. Por desgracia un género denostado que puede dar muchísimas satisfacciones. Y esta las da sin esfuerzo.

He de decir que me ha importado poco la defensa ingenua de la monarquía legítima como el poder casi espiritual que es el único que puede guiar y salvar a un pueblo. Como si el hombre fuera capaz de dejar a un lado su egoismo y sus intereses personales para anteponer los de los más humildes. Sabemos que eso no pasa pero da igual. Tampoco me ha creado un trauma la limpieza de las ropas y lo aseado de los proscritos del bosque. Ni siquiera el cambio tan radical en la actitud de Lady Marian hacia Robin. Todo eso no es más que un producto de la época. Una época en la que las películas se pensaban como un espectáculo que hoy asociaríamos más con los musicales y la revista. Y como espectáculo que es, la verosimilitud de historia, personajes, actitudes y comportamientos pasan a un segundo plano. Como digo he tratado de pasar todo esto por alto.

Por supuesto que no es posible aislarse de tales defectos pero sí que se pueden mitigar ante la explosión de color que ofrece la película, producto de una técnica, el Technicolor, que no ha sido superada aún; los paisajes como sacados de un cuadro; la interpretación actoral (vale, Errol Flynn es un poco excesivo, pero cumple con creces, sobre todo en lo físico y acrobático), las escenas imborrables (la lucha sobre el tronco en el río, la huida del castillo por parte de Robin, la competición de arqueros y el combate final contra su archienemigo). Todo conforma una película memorable y más que interesante a la que es agradecido regresar. No te deja babeando pero ofrece mucho más que el 90% de las producciones actuales. No está mal para un clasicote rancio ¿no?

2 comentarios:

  1. Donde se ponga la versión de Mel Brooks que se quiten todas las mariconadas con Errol Flyn.


    :)

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  2. Supongo que estás de broma, aunque bien pensado, seguro que no.

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