Massive Attack definió algo más o menos novedoso durante la década de los noventa. Eso parece bastante claro a día de hoy. Como también que todo lo importante que tuvieron que decir lo mostraron en sus tres primeros discos (no cuento ese invento de remezclas llamado No Protection (95)). Con esta trilogía de adamantio y seda sellaron un momento memorable del pop de los últimos 20 años.
Blue Lines ****1/2 (91)
Con su debut, los de Bristol sorprendieron al mundo entero con una sabiduría musical impactante conjugada con su maravillosa intuición mezcladora. De sus mentes sacaron este batiburrillo tremebundo de electrónica y r&b con toques de hip hop sedoso. Usaron samplers e incunables de pelaje diverso y profundo color negro para llegar a esta obra definitiva de eso que los 90 elevarían a la categoría de arte: el pastiche. Enorme.
Una copla: "Unfinished Sympathy"
Protection ***1/2 (94)
El siguiente intento no es ni más ni menos que la continuación dignísima de todo aquello que dejaron esculpido en Blue Lines. Continuación sedosa de conceptos y actitudes y un Tricky que colabora de manera definitiva en un disco que ya sorprende poco pero calienta casi igual.
Una copla: "Protection"
Mezzanine ***1/2 (98)
Con este disco se puede decir que de alguna manera murieron de éxito. Sin duda es su disco más grande en producción y aspiraciones, además del favorito de la afición por goleada. Su alianza con el rock es aquí mucho más evidente que en los dos anteriores. Eso le da una pegada impepinable aún restándole por el lado nocturno. Post-rock electrónico en su última cumbre de enjundia.
Una copla: "Teardrop"
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