Hamen (Belako, 2016)
POST-PUNK. Soberanos. El mejor grupo estatal que ha asaltado mis oídos desde Triángulo de Amor Bizarro se confirma como apuesta segura con su segundo disco, un Hamen dispuesto a maravillarte con todas sus novedades y todas sus deudas. La evolución es clara, aunque el impacto de Eurie (2013) sea imposible de igualar. Este segundo es un disco que a veces suena más retorcido y otras más directo que el anterior, a ratos es más electrónico y a ratos más cálido, por momentos golpea más duro y también sabe acariciar con mayor delicadeza. Unos contrarios que bullen en un disco elaborado, pensado y soberbiamente ejecutado. Debe ser eso que llaman madurez.
No se espanten. Estos jovenzuelos están muy lejos de su techo, seguro, pero también a años luz del adocenamiento y el conformismo que trae consigo la edad. Las ideas siguen frescas y más claras si cabe. Joy Division están más que disueltos en su mezcla ya, de tal manera que se intuye el aroma pero no ahoga el resto de sabores. Tampoco es que lo hiciera antaño, pero aquí parece que los vizcaínos han cogido la autopista hacia delante sin un atisbo de duda acerca de su destino. También es cierto que como bloque, como unidad indisoluble, esta obra tiene más peros de los deseados.
Es cierto que el disco empieza muy bien y que a la altura de "Off Your Shoes" rompe en un reventón estelar. "Key", "Nomad", "Track sei", las ya conocidas "Mum" y "Crime", y la recreación alucinante de "Sinnerman", que popularizara y canonizara Nina Simone pueden ser las joyas del disco, pero el resto tiene enjundia, hay que reconocerlo. Por eso no deja de sorprender que estos chavales sean capaces no solo de emplearse a fondo en unos directos demoledores, sino que además muestran un instinto compositivo, un manejo de las dinámicas y una sabiduría musical que muchos otros no consiguen en toda una vida. Son músicos y fans.
Ya lo he dicho arriba, este Hamen tiene alguna gotera si hablamos de solidez y conexiones en su narrativa. Su mezcla lingüística, sus giros estilísticos sin ton ni son... Por eso no es perfecto. Lo que no quita que deje claro que Belako saben de música y la disfrutan como el juego maravilloso que es. Por el sagrado Ian Curtis, que les dure muchos años.
Total: 52 min.
Bele beltzak baino ez (Belako, 2014) [EP]
POST-PUNK. "Solo cuervos negros", solo intensidad encapsulada en
disparos certeros de teclado directos al corazón. Cuatro canciones que
son una progresión hacia terrenos más introspectivos. Manejan lo
volátil con tacto quirúrgico y se reinventan a la hora de enfrentarse a
la sacudida y el calambre. Puede que ellos necesitaran este
experimento para expresarse, puede que para soltar lastre. Puede que
sea innecesario incluir dos canciones que acabarán en su siguiente
largo. Puede, quizás. Y también es posible que acabemos rendidos con la
boca hecha agua y el espíritu incendiado pidiendo una continuación que
pueda saciarnos. Que ya sabemos que no podrá. Cuervos negros, nada más.
☆☆★★★
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