martes, 13 de septiembre de 2016

La cara oculta

Another Side of Bob Dylan (Bob Dylan, 1964)

 
FOLK. "Recorded during one glorious, nightly session on June 9 1964, over a bottle of Beaujolais--and it shows... The album may be a "rich, complex album" and a proof of his "genius", as Paul Williams and Paul Cable have it, but--for once--Clinton Heylin may have given the most adequate description, as "a typical Dylan session--flashes of sheer brilliance, improvisational flair, songs coming together and falling apart (in fairly equal measure)--in the studio" (...) In other words: he can't be all right all the time" - Eyolf Østrem

Era muy pronto aún y la parroquia folk no se lo iba a perdonar. Ya en su cuarto disco Dylan deja pistas que anuncian que la protesta no es lo suyo o nunca lo había sido o se había hartado de las limitaciones que imponía. A simple vista esto no deja de ser un disco de folk canónico con su guitarra acústica y su armónica, pero hay detalles que dejan claro que Dylan ya iba en otra dirección.

Básicamente todo esto se nota en que Dylan deja de lado los temas sociales que lo habían encumbrado en el fantástico disco anterior y se dedica a cantarle al amor, al desamor y a las locuras que le pasaban por la cabeza. Temas demasiado insustanciales para los folkies irredentos con ganas de cambiar el mundo. Por todo esto el disco tuvo un recibimiento más bien tibio si lo comparamos con su tríada inicial. Nada que hiciera saltar las alarmas porque, como digo, en su apariencia seguía los mandamientos de la canción de autor. Seguramente sus detractores pensarían que era un tropezón sin importancia que enmendaría con facilidad en el futuro.

No podían estar más lejos de la verdad. Si Dylan es tan grande es porque no sabe lo que es dar marcha atrás y sigue sus ideas con obcecación fanática sin importarle lo que digan a su alrededor. De ahí han salido unas cuantas revoluciones artísticas a lo largo de su carrera. No es el caso aquí. El cambio como digo es incipiente y sigue habiendo blues y folk de palo de toda la vida con melodías imborrables ("To Ramona", "My Back Pages", "I Don't Believe You", "It Ain't Me, Babe"), su juguetón sentido del humor ("All I Really Want to Do", "I Shall Be Free No. 10", "Motorpsycho Nitemare"), blues maravillosos ("Black Crow Blues", "Spanish Harlem Incident") y la novedad de dos temas ultralargos en los que desarrolla su lirismo comprometido ("Chimes of Freedom") y su maestría al cantarle al amor y la pérdida ("Ballad in Plain D").

Hay quien dice que suena adormecido y sin fuerza. Puede que se note demasiado que fue grabado de madrugada. No lo sé. A mí me parece un discazo. Una roca sólida para seguir construyendo su leyenda.
 
★★★★☆
 
A1 All I Really Want to Do 4:02
A2 Black Crow Blues 3:12
A3 Spanish Harlem Incident 2:22
A4 Chimes of Freedom 7:09
A5 I Shall Be Free No. 10 4:45
A6 To Ramona 3:50
B1 Motorpsycho Nitemare 4:31
B2 My Back Pages 4:20
B3 I Don't Believe You 4:20
B4 Ballad in Plain D 8:15
B5 It Ain't Me Babe 3:30
Total: 50:16

 

No es ningún secreto que James Dean fue algo así como un ídolo o al menos una figura importante para Bob Dylan. No es de extrañar que un tipo tan sensible y tan ansioso por absorberlo todo a su alrededor quedara impactado por la pose clásica y avasalladora del actor trágicamente fallecido en 1955.

 

Al este del Edén (1954), Rebelde sin causa (1955) y Gigante (1955) fueron sus únicas películas. Más que suficiente para convertirlo en todo un icono cultural. La imagen de ese vive deprisa y deja un hermoso cadáver que en realidad no va para nada con Dylan. Pero la relación está ahí, en su obsesión juvenil y en la pose del de Duluth en la portada de este disco. 

Quizás el inicio de la rebeldía contracultural que le iba a granjear detractores y la fama mundial. Una rebeldía que Dean siempre encarnará como nadie.

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