sábado, 17 de febrero de 2018

Eric's blues

Layla and Other Assorted Love Songs (Derek & the Dominos, 1970)
 
 
BLUES ROCK SUREÑO. A la primera escucha queda bastante claro. Esto apesta a rock sureño, cosa que no deja de ser extraña viniendo de un británico de pura cepa como Eric Clapton. Un británico obsesionado con el blues desde que nació, eso también. Sorpresa relativa por lo tanto. Luego nos enteramos de la colaboración estelar de todo un Duane Allman, casi un desconocido en esos momentos, y todo cobra sentido.

Sí, la participación del guitarrista norteamericano resultó fundamental para forjar el sonido y por ende la leyenda del que dicen es el mejor trabajo de Clapton con cualquiera de sus aventuras. Yo sigo prefiriendo ese "Disraeli Gears" (1967) que grabara con Cream tres años antes, pero he de reconocer que es simplemente una cuestión personal. Poco puedo achacar a esta obra capital de eso que alguien bautizó como blues rock.

Hechas las presentaciones, entremos en faena reconociendo en primer lugar que el formato doble, como suele ocurrir, se hace algo pesado. Por tanto, la posibilidad de incluir este disco entre las obras maestras más grandes de la historia queda dinamitada. Dicho esto, tengo que admitir que su factura es demasiado perfecta y demasiado apabullante como para castigarlo en demasía. Aun no siendo lo tuyo, estoy seguro de que entre toda esta ampulosidad, entre todos estos solos interminables, cualquiera puede encontrar un buen número de razones para amarlo.

Para empezar, el duelo instrumental de dos de los mayores guitarristas de todos los tiempos. Y en segundo lugar, ese acercamiento al blues que Clapton, suspicacias al margen, siempre ha hecho con mimo, cuidado y devoción casi sagradas. Esto no es blues blanco de usar y tirar. Esto es auténtico. Por eso en estas canciones resuena el lamento y el mojo de B.B. King, Muddy Waters, los Allman Brothers, la Creedence y, por supuesto, ese Robert Johnson sin el que Clapton simplemente no habría existido.

"Layla..." acaba convenciéndome. Hasta el punto de que me parece espectacular. Todo el mundo habla de la canción titular. Hasta hace poco no lo entendía. Me parecía rimbombante y achacaba su éxito a la afición de la gente al cotilleo. Sí, habla de manera cruda y directa del deseo de Clapton por la mujer de otro (Pattie Boyd), y esas historias nos encantan. Y bien escuchada, con la calma que requieren estas cosas, no puedo dejar de maravillarme al descubrir que la canción es mucho más que ese detalle. El trenzado de guitarras emociona hasta el tuétano, el solo es de una belleza inenarrable, y la coda final, tan tonta ella, tiene hasta su sentido.

No, una canción no puede construir un disco de divorcio por sí sola. Por eso este disco no puede entrar en esa categoría tan sobrevalorada en estos días. Nos gusta regodearnos en el dolor ajeno y por eso puede que subestimemos el poder de una obra que es mucho más que una sola canción, incluso más que la suma de sus partes.

★★★★☆

A1 I Looked Away 3:04
A2 Bell Bottom Blues 5:06
A3 Keep On Growing 6:22
A4 Nobody Knows You When You're Down and Out 4:57
B1 I Am Yours 3:32
B2 Anyday 6:37
B3 Key to the Highway 9:47
 
C1 Tell the Truth 6:45
C2 Why Does Love Got to Be So Sad? 4:50
C3 Have You Ever Loved a Woman 6:51
D1 Little Wing 5:23
D2 It's Too Late 3:45
D3 Layla 7:10
D4 Thorn Tree in the Garden 2:51
Total: 77:00

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