Boy in Da Corner (Dizzee Rascal, 2003)
GRIME. Dizzee Rascal reventó el panorama con su traslación al plástico del sonido de la urbe, una amalgama de ruido y pulsaciones disfuncionales que marcan el cambio de siglo en el Reino Unido y en cualquier megalópolis del mundo. Lo debió hacer bien si prestamos atención a lo que significó este álbum a la hora de abrir nuevas vetas en toda la música de corte urbano, desde el hip hop a la electrónica, pasando por el R&B o lo que alguien bautizaría como trap.
Este debut es la piedra filosofal de todo eso. Entre sus repliegues y sus ritmos truncados o vertiginosos, la voz se abre paso a base de síncopas, estacatos y velocidad de crucero. Rascal muestra su pericia a la hora de rimar y fluir, pero lo que más impresiona aquí no es eso, sino la habilidad inmensa que muestra a la hora de arreglar estas piezas de puro ritmo sintético. Las bases, tecnificadas y futuristas, con su toque jocoso y su detallismo extremo, son el gran secreto que hacen de "Boy in Da Corner" uno de los discos clave de la música negra del cambio de siglo. El tiempo ha pasado y no sólo no han perdido ni una pizca de vigencia, sino que se dirigen hacia el futuro sin miedo a caducar.
Y como suele suceder, esto no significa que sea un disco que atraviese géneros y guetos. Esto va dirigido exclusivamente al iniciado en estos sonidos callejeros. También se contagia de esa necesidad del género y roza la hora de duración, ni mucho menos algo exagerado en este tipo de música, pero que tampoco es el colmo de la síntesis. Estas son las taras diminutas de un producto gigante que puede apreciar casi cualquiera, pero que no tantos van a disfrutar como merece. Yo entre ellos.
★★★★☆
No hay comentarios:
Publicar un comentario