The Shepherd's Dog (Iron & Wine, 2007)
FOLK. Sam Beam recarga su propuesta en una huída inevitable de la parquedad que lo deja a las puertas de un barroquismo que le sienta la mar de bien. Utiliza como los ángeles la electricidad, los sitares y demás parafernalia para conjurar el exotismo con gracia infinita.
Esa es la diferencia más notable respecto al trabajo anterior para un grupo de canciones que siguen encandilando sin esfuerzo, pero que siguen sin encontrar el maná bendecido que les haga alcanzar la inmortalidad.
Lo mejor del disco está en su recta final, algo que siempre me ganará. A partir de "Resurrection Fern" es cuando la cosa se pone emocionante. Y da rabia, por mucho que también nos haga volar. Porque quizás, y esto es cosa mía, lo sé, toda esa gloria se haga esperar demasiado.
Después de dos intentos con el norteamericano me queda la sensación de que es un artistazo de relumbrón, pero no ese icono generacional que tanto ansiamos. Será que no están los tiempos para tales dispendios ya, pero es lo que hay, aceptémoslo.
★★★☆☆
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