If You Can Believe Your Eyes and Ears (The Mama's and the Papa's, 1966) ♠
FOLK ROCK. Formados en Nueva York en la línea de los muy exitosos Peter, Paul and Mary, The Mama's and the Papa's mostraron una versión más eléctrica y psicodélica que trataba de dar brillo a ese folk de palo del que se nutrían los últimos. De alguna forma trataron de dar la réplica desde la Gran Manzana al folk psicodélico que se hacía en una California que parecía algo más que un sueño dorado para el cuarteto.
Por sus ínfulas comerciales o sus deseos de transversalidad, usemos mejor el eufemismo, su propuesta se quedó en lo florido y no pudo llegar a las profundidades ni la calidad de ese folk rock que se facturaba en Laurel Canyon, con The Byrds o Crosby, Stills & Nash a la cabeza. Tampoco pudieron igualar las piruetas psicodélicas de luminarias como los Jefferson Airplane. Lo suyo, por mucho que lo vistieran de rock, era un pop de armonías vocales mayestáticas, pero al que le faltaba ese puntito artístico que sí que acabaron desarrollando compañeros como The Beach Boys.
Eso es lo más curioso de The Mama's and the Papa's. A pesar de la lejanía geográfica, sus referentes, compañeros de viaje e influencias se encuentran tostándose al sol del Pacífico. Y es en es desubicación en la que siempre se han sentido más cómodos, haciéndoles capaces de entregar canciones inmarchitables (o dudosas, según se mire) como "Monday, Monday" o "California Dreamin'". Sin embargo, también les ha espoleado a cometer barbaridades como esa "Do You Wanna Dance" a la que le succionan toda su energía o a hacer fotocopias en blanco y negro de joyas que no necesitaban calco alguno, como ese ejercicio de estilo con el que despachan "Spanish Harlem".
Al final, con todo el fulgor de sus melodías angelicales y con su puñadito de aceptables demostraciones de rock al ralentí, el cuarteto vocal se agencia su público, no hay duda. Un público numeroso y con unas características muy determinadas. En España, supongo que los mismos que tararean las canciones de Mocedades con el corazón en un puño. Muy respetable, muy bonito, pero a mí me gustarían más con la mitad de azúcar.
★★☆☆☆
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