jueves, 22 de agosto de 2024

Starsailors

Islands (King Crimson, 1971)

ROCK PROGRESIVO. El cuarto álbum de King Crimson es un problema para más de uno. Aunque es un disco en el que continuó la banda que tocó durante la gira de 1971 y 1972, sería el único álbum de estudio en el que tocarían dichos miembros. Esto es, Robert Fripp, Mel Collins, Boz Burrell y Ian Wallace. Un nuevo ejemplo de la inestabilidad que siempre ha envuelto a las formaciones de uno de los grupos más mutantes de la historia. Pero el problema para muchos seguidores no es ese. Está más bien en lo melifluo de una propuesta que supura música clásica como ninguna otra en su discografía y en una falta de dirección y ritmo que hacen del disco uno de los peor valorados por la afición si hablamos de la primera época de los londinenses.

También el jazz campa a sus anchas como pocas veces en la obra de Robert Fripp y compañía. Y es que me da a mí que el seguidor medio del rock progresivo, con todo lo analítico y elitista que suele ser, no acaba de entender el jazz como a priori se le supondría. Sobre todo cuando este jazz toma una vertiente más free o más, digamos, vanguardista. Algo que podría resultar chocante si hablamos de los degustadores de las estructuras más complejas y alambicadas de la música, pero que creo que sucede en cierta forma y que es el culpable último de que este disco no tase alto en las valoraciones de los más fanáticos de King Crimson.

A mí, por contra, es lo que más me gusta de un esfuerzo, bajo mi punto de vista, notable. La apertura, "Formentera Lady", es planeadora y casi cósmica. "Sailor's Tale" es desafiante y vanguardista, con un ritmo infeccioso y un juego de guitarras y saxos absolutamente asesino. También me gusta, con matices, la dulzura de helio del corte titular con el que cierran, aunque para ello haya que tragarse las tres canciones en las que sí que encuentro algo de falta de rumbo y de chicha. Temas tan insulsos como "The Letters", "Ladies of the Road", esa canción sobre grupis que ellos mismos admiten que nunca deberían haber escrito, o "Prelude: Song of the Gulls", un tema que es pura música clásica, no en vano recuerda más de la cuenta al Concierto en Re Menor de Tomaso Albinoni, pero que me dicen más bien poco o nada.

Un trío hermoso e insustancial que acaba siendo el culpable de que el disco no pueda codearse con los más grandes de la banda y que lo acaba hundiendo, no tanto como algunos dicen, pero sí lo suficiente como para que después de unas cuantas escuchas lo dejemos medio olvidado entre tantísimas otras obras interesantes, cuidadas y que merecerían más atención de la que nuestro tiempo limitado puede darles. Un buen álbum, eso es innegable, pero que se queda corto si buscamos la excelencia que solemos encontrar en la obra de una banda que tampoco sabe hacer un disco malo.

★★★☆☆

A1 Formentera Lady 9:55
A2 Sailor's Tale 7:20
A3 The Letters 4:25
B1 Ladies of the Road 5:29
B2 Prelude: Song of the Gulls 4:14
B3 Islands 9:14
    - Islands     
    - [silence]
    - [untitled]
Total: 40:37

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