viernes, 9 de agosto de 2024

Velatorio en las profundidades

In the Wake of Poseidon (King Crimson, 1970)

ROCK PROGRESIVO. King Crimson siempre han sido el ejemplo perfecto de banda transgresora, en continuo movimiento, cambiando sus convicciones y su estilo casi a cada álbum. Y su alineación. Será por eso que esta continuación a su muy exitoso debut, In the Court of the Crimson King (1969), ha sido tradicionalmente desdeñada por continuista entre la masa de seguidores de la banda. También es cierto que esa apreciación ha cambiado en los últimos tiempos colocando al segundo trabajo del grupo como una obra ambiciosa y absolutamente a reivindicar.

En mi opinión ambos posicionamientos son totalmente defendibles y puedo entenderlos sin problema. Lo que me lleva a pensar que quizás, una vez más, lo más correcto sea situarse a medio camino y disfrutar el disco como lo que es: una buena continuación que ahonda en los hallazgos de su hermano mayor sin ser para nada una copia del mismo. Es cierto que en estructura y sonoridad recuerda mucho al estreno de los londinenses, pero no lo suficiente como para denostarlo. También es cierto que cuenta con esos momentos de minimalismo en los que prácticamente no se escucha nada (o no con claridad), cosa que se repite a lo largo de la discografía del grupo y que en este caso quiebra la continuidad de una obra que también peca de excesivamente empalagosa en más de un momento.

Un empalago que confrontan con esas piezas desafiantes y siniestras con las que tratan de dar seriedad a sus discos. Aquí, entre otras, tenemos esa suite que titulan "The Devil's Triangle", la cual, en sus tres movimientos, parece querer llevarnos hasta las mismas puertas del averno. Un ejemplo más del desequilibrio estable que King Crimson busca constantemente con su música. Una zozobra sólida que enamorará al amante de lo alambicado y que resultará demasiado apabullante para el que busque emociones más directas y sencillas. Pero es que esto es King Crimson. En este disco está clarísimo lo que siempre han pretendido ser. Para mí, muy lejos de sus mejores obras, me resulta tan curioso como ampuloso. Tan emocionante como pretencioso. No sé si me llega como álbum, así con todas las letras, pero a su manera pasa la prueba de la coherencia sin problemas. Y luego están esos pellizquitos, canción titular a la cabeza, para que acabe convenciéndome, aunque sea por ahora.

★★★☆☆

A1 Peace - A Beginning
A2 Pictures of a City (Including 42nd at Treadmill)
A3 Cadence and Cascade
A4 In the Wake of Poseidon (Including Libra's Theme)
B1 Peace - A Theme
B2 Cat Food
B3 The Devil's Triangle
    i. Merday Morn
    ii. Hand of Sceiron
    iii. Garden of Worm
B4 Peace - An End
 
Total: 41 min. 

Es difícil desentrañar a qué se refiere la banda con ese Poseidón del título. Lo que sí me parece claro es que ese The Wake, que podría hacernos pensar en el despertar de algo, se refiere a un velatorio (despertar como sustantivo sería más bien "the awakening"). Así las cosas, investigando por ahí, y descartado que se refieran a la tragedia ficticia narrada en La aventura del Poseidón (1972) por ser posterior a la salida del disco, me voy a otra tragedia marítima, esta real, que aconteció en 1929 con el naufragio del HMS Poseidon. Se trataba de un submarino de la armada británica que patrullaba las costas de China, el cual se hundió tras colisionar con un mercante de dicho país. Veintiún tripulantes fallecieron en el accidente.

Lo cierto es que hay poco a lo que agarrarse para defender que el disco sea un homenaje a dicho suceso. Ni la letra de la canción titular ni la portada ni nada nos lleva en esa dirección. Más bien se tratará, y más conociendo la poca mesura del grupo en todo lo relacionado con su música y sus conceptos, del velatorio del propio Poseidón, dios de los mares y los terremotos en la mitología griega. Aunque los dioses griegos eran inmortales, según los estudiosos, sí que podían afrontar situaciones de peligro que los dejaran al borde de la muerte o incluso en animación suspendida. En cualquier caso, la idea de hacer un disco en torno al supuesto velatorio de un dios griego ya deja claro que la imaginación y las pretensiones de King Crimson nunca han tenido límites de ningún tipo.

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