miércoles, 5 de noviembre de 2025

Viendo la nada crecer / Esperando a verla desaparecer

Requiem for an Almost Lady (Lee Hazlewood, 1971)

 

COUNTRY DE AUTOR. Ya es bastante duro el escribir y habitar un disco de divorcio. No todos los que se han tirado al barro han salido airosos en el intento. Menos aún cuando la tarea incluye más de un álbum de esas características. En este ámbito, Lee Hazlewood parece moverse como pez en el agua. Con una facilidad pasmosa, utiliza diferentes obras para narrarnos la ruptura en sus diferentes fases. Ese divorcio inminente que prácticamente se puede tocar con las manos (Love and Other Crimes, 1968); el duelo inconsolable tras la consumación de la ruptura (Requiem for an Almost Lady, 1971); la huida y el exilio como expiación (Cowboy in Sweden, 1970); y el balance amargo ya en frío (Poet, Fool or Bum, 1973). Fases dolorosas de un fracaso que el de Oklahoma radiografía con una pericia y una naturalidad que hace de estas obras retratos incomparablemente hermosos y dolorosamente auténticos. 

Cuando Hazlewood escribió esta oda a la desintegración de su vida en común con Suzi Jane Hokom, el cowboy ya se había trasladado a Suecia y grabado ese pastiche que fue Cowboy in Sweden (1970). Un disco que era la banda sonora de la película del mismo título y que se componía de canciones nuevas y viejos temas remozados para la ocasión. Un intento de lamerse las heridas que necesitaba del intimismo y el detallismo de este, inmediatamente posterior, Requiem for an Almost Lady. Una obra mucho más milimétrica y cruda. En ella el cantautor vuelca su mirada serena pero todavía llena de unas heridas que no habían cicatrizado del todo.

El disco empieza con una confesión devastadora y a quemarropa en la que Lee nos cuenta que al principio no había nada, pero que era divertido ver como esa nada crecía. Al final, después de hacer balance de los buenos y los malos momentos, de las victorias pírricas y las derrotas aplastantes, pone un colofón aún más amargo al decir que al final seguía sin haber nada, pero que tampoco había diversión alguna en el hecho de esperar que esa nada terminara. Un final en el que no ofrece esperanza ni reconciliación siquiera consigo mismo. Algo que hace de este disco un asunto muy incómodo para el oyente, pero que a la vez lo reviste de una verdad absolutamente irrefutable. Puede que prefiramos los finales felices. Sin embargo, Lee demuestra que sabe de qué va esto de vivir. No siempre se gana, y lo que es más importante: no siempre podemos encontrarle el lado bueno a las derrotas. A veces simplemente no lo hay.

★★★★☆

A1 I'm Glad I Never... 1:02
A2 If It's Monday Morning 3:53
A3 L.A. Lady 2:19
A4 Won't You Tell Your Dreams 3:51
A5 I'll Live Yesterdays 2:50
B1 Little Miss Sunshine (Little Miss Rain) 2:31
B2 Stone Lost Child 2:00
B3 Come On Home to Me 2:51
B4 Must Have Been Something I Loved 1:38
B5 I'd Rather Be Your Enemy 2:12

Total: 25:07

Xxx

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