Always Outnumbered, Never Outgunned (The Prodigy, 2004)
ELECTRÓNICA DE ESTADIO. A estas alturas de la película estaba claro que a los Prodigy se les estaba acabando el fuel que derramaran a manos llenas en el disco anterior. Los que tuvieran alguna esperanza sonreirían satisfechos durante la primera mitad del disco. Los que no, arquearíamos la ceja con sorpresa. A partir de ahí, la decepción supina para los primeros y el "¡ajá, ya te lo dije!" de satisfacción para los segundos.
Si el ritmo cabezón de "Spitfire" podía resultar convincente, el castillo de naipes que estaban preparando se desmoronaría a mitad de recorrido gracias a unos ritmos ramplones, predecibles, y lo peor de todo, insulsos, que demostraban que la hiperactividad anfetamínica de Experience (1992), la apabullante lluvia de ideas suculentas de Music for the Jilted Generation (1994) y la gasolina guitarrera de The Fat of the Land (1997) eran eso, cosa del pasado. Muy triste, pero para nada inesperado. Puño en alto y nada más.
★★☆☆☆
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