sábado, 4 de diciembre de 2010

momentazo #31: enterrada en el tiempo


1 Diamond Day 1:45
2 Glow Worms 2:13
3 Lily Pond 1:25
4 Timothy Grub 3:22
5 Where I Like to Stand 2:22
6 Swallow Song 2:16
7 Window Over the Bay 1:53
8 Rose Hip November 2:26
9 Come Wind Come Rain 2:07
10 Hebridean Sun 1:12
11 Rainbow River 3:23
12 Trawlerman's Song 1:56
13 Jog Along Bess 3:36
14 Iris's Song for Us 1:26


Esta gema increíble ha permanecido enterrada en el olvido demasiado tiempo. Un disco único sin posibilidad de continuación. Demasiado oscuro, demasiado puro, demasiado primoroso, parece el álbum de fotos de una vida al sol. Una experiencia hogareña y privada en la que cada página que se pasa despierta una sonrisa o unas lagrimitas. Básicamente se trata de folk británico, aunque eso solo sería una definición apresurada y superficial que no entra en los detalles que lo hacen imprescindible. Y es que sería un crimen no hacer notar ese toque mágico que lo emparenta con The Incredible String Band aunque sea desde un lado menos heterodoxo. También se observan aquí ecos del maestro Nick Drake pero si he de decir la verdad, la luminosidad que destellan las canciones, aunque algo mate y sombría, lo aleja de la melancolía mortal del bardo de la luna rosa.

No, definitivamente, y aunque se le puedan buscar parientes, estamos en frente de una obra única con mayúsculas. Una obra sencilla y sincera, amable pero densa en disfrute, un disco en comunión perfecta con la naturaleza y el espíritu. Sin duda una posada irrenunciable en nuestro viaje. Nos va a costar abandonarla para seguir. Y lo curioso es que no siempre fue así.

El disco pasó desapercibido en el momento de su edición y Vashti Bunyan desapareció de la faz de la tierra. Hubo que esperar más de 30 años hasta que un loco llamado Devendra Banhart comenzó a reivindicarla como artista seminal gracias a este su único disco. Después de esta rehabilitación llegaría un nuevo álbum, pero eso es otra historia. Hoy en día Just Another Diamond Day **** (70) es una pieza magistral, una maravilla acústica de una artista irrepetible dotada de una voz cercana, suave, ligera como una pluma. Una auténtica caricia para los oídos acompañada por una guitarra acústica sencilla y cálida, por alguna que otra flauta y poco o nada más. Un monumento a la voz y al sentimiento desnudo. Una cima insuperable que, seguro, no pretendía llegar a serlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario