viernes, 5 de mayo de 2023

Huyendo del grunge desesperadamente

No Code (Pearl Jam, 1996)

POST-GRUNGE. El disco más relajado de Pearl Jam es también el más maduro, el más elaborado y el más natural. En cuanto a coherencia, solidez y densidad hay un avance notable. Por ello, aunque podría palidecer ante la contundencia y las ganas de Ten o Vs., tengo que sentenciar que No Code está entre lo mejor que han hecho los de Seattle.

La naturalidad con la que fluyen las canciones más reposadas supera la tendencia de Eddie Vedder a forzar las melodías y vencen en su sencillez. Los momentos violentos están más contados, pero no por ello desmerecen bombazos pasados. Sin embargo, no es No Code un disco de pelotazos. Es un disco que crece con las escuchas, más enraizado en el blues y el country, y que deja espacio para algún que otro experimento ("I'm Open"). Pearl Jam se atreven aquí también con texturas y sonoridades novedosas como en "In My Tree" o "Present Tense". Incluso le echan un pulso al pasteleo con la brisa mediterránea de una "Around the Bend", que de bonita asusta. 

Conseguido. O casi, porque también percibo que el tiempo no acaba de ayudar a este supuesto punto y aparte en su discografía. Un disco que puede parecer poco, pero que sirve para mostrar el grueso del potencial de la banda. Tal vez este no sea muy grande, pero al menos podrán sentirse satisfechos de haberlo dado todo, aunque solo fuera una vez.

★★★

1 Sometimes 2:40
2 Hail, Hail 3:41
3 Who You Are 3:50
4 In My Tree 3:59
5 Smile 3:52
6 Off He Goes 6:02
7 Habit 3:35
8 Red Mosquito 4:03
9 Lukin 1:02
10 Present Tense 5:46
11 Mankind 3:28
12 I'm Open 2:57
13 Around the Bend 4:35
Total: 49:30

Este disco salió dos años después de Vitalogy (1994) y no se puede decir que la banda hubiera estado ociosa mientras tanto. Entre otros proyectos, algunos de sus miembros participaron en ese Mad Season liderado por Layne Staley (Alice in Chains) y todos se juntaron para ser la banda de apoyo de Neil Young en esa reactivación para el canadiense que fue Mirror Ball (1995).

Del jinete eléctrico, ídolo y referencia obligada cuando se habla del grunge en general y de Pearl Jam en particular, debieron aprender tela. Eso se desprende del sonido de este disco, que grabaron inmediatamente después de la experiencia. Está en los momentos más acústicos con ese aire folkie y ese olor a pradera ("Off He Goes"), en la electricidad burbujeante de "Red Mosquito" y en el sonido fresco y directo que sacan de una grabación auspiciada una vez más por Brendan O'Brien. Esto implica siempre poca intromisión del productor, primeras tomas y dejar que las canciones se desarrollen a partir de jams sin corsé alguno. 

Eso, y como digo, la alargada sombra de un gigante llamado Neil Young.

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