sábado, 6 de mayo de 2023

Crimen ferpecto

Ferpectamente (Los Enemigos, 1986)

RHYTHM & BLUES URBANITA. Aquí es donde empieza la leyenda de los Enemigos, grupo curtido en los bares de Malasaña, que en este estreno se retratan en su entorno natural con todo el alcohol, las risas y la mala leche que han sido la base de su (mala) educación.

Así, este Ferpectamente recoge los tics sin refinar de un artista personal e inimitable como es Josele Santiago. Un enamorado del rock & roll y el rhythm & blues primigenios, héroe de la guitarra y poeta mordaz, aunque esto último aquí aparece demasiado diluido en un humor surrealista y privado que no acaba de hacer brillar unos textos demasiado apresurados y que parecen buscar el feísmo por el feísmo sin ninguna otra pretensión.

Toda esta pátina de improvisación y urgencia es lo que acaba lastrando un álbum inconexo y salvaje, con más instrumentales de la cuenta, pero también el más crudo. Un álbum que a pesar de todo cuenta con un puñado de momentos de lucidez que ya anuncian la grandeza a la vuelta de la esquina. Está claro que la leyenda de los Enemigos no se forjó con este disco precisamente, pero también hay que reconocerle que como punto de partida ejerce su función con ilusión y las suficientes dosis de verdad como para esperar con interés los pasos futuros del grupo.

★★☆☆☆

A1 Fuagrás 2:53
A2 Florinda 2:17
A3 El ataque de los hombres Bruster 2:21
A4 Dono mi cuerpo 1:50
A5 Plis plis mi 1:55
A6 Tengo una casa (Tengo) 2:21
A7 Jacobo que te adobo (La Cona) 1:44
A8 Juan Valdés 1:41
B1 Complejo 3:34
B2 Velardestrit Bugui 1:20
B3 Donde 2:15
B4 La paella 2:14
B5 Mátame camión 1:47
B6 El tren de la costa 1:27
B7 Gabrielle 0:55
Total: 30:34

Los Enemigos son uno de esos grupos permeables a su entorno, los cuales no pueden desarrollar sus malas artes al margen de las cosas que les rodean y les son importantes. Por eso son el epítome de los rockeros de garito, fieles a su lugar de encuentro, a su cuartel general, el sitio perfecto para que sus bromas se conviertan en canciones imperecederas. 

Si hubo un sitio en sus orígenes que podía llevar esa vitola, ese era el Bar de Marcelino, local de la Calle Velarde en el que casi podríamos decir que se formaron como personas. No solo se pasaban las horas allí entre cañas, sino que también tocaron en sus tablas y se podía adquirir este primer LP allí con consumición y tapa de chorizo incluidas. Sin duda, eran otros tiempos, ¡y qué tiempos!

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