No soy sospechoso de adorar eso que se hace llamar "la movida". Por suerte. Eso no quita que dé al césar lo que es del césar y ahí van mis millones para esta gloriosa
"Ni tú ni nadie" que apareciera en el genial
Deseo carnal (84) de
Alaska y Dinarama. Bailable, coreable, euforizante... Una época condensada en tres minutos y medio.
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