POP ENGOLADO. En el tercer disco de Amaral siguen las dudas de la adolescencia y el hedonismo como tema principal ("No sabe a dónde va", "Toda la noche en la calle"). También siguen con la tontería supina ("Rosa de la paz" como una Patti Smith de chicle, o "El centro de mis ojos", perversión impostada y que les viene muy grande), pero hay una buena noticia: un mayor acierto compositivo que hace de cosas como "Toda la noche en la calle" un pildorazo de euforia irresistible. También destacaría la dylaniana "No sabe a donde va", muy bonita ella.
Con esta introducción he pintado un cuadro de trazo grueso de lo que suena en un disco que es mucho más importante de lo que dejo entrever. Si no para la música española, que en el fondo creo que sí, seguro que sí lo fue para el dúo, el cual reventó de éxito con este registro para no bajarse ya del anaquel de unos fans que los encumbrarían con cada nuevo trabajo.
Y es que aunque se obcequen con imbuirse de bohemia e independencia con la referencia al Marquee Moon (77) de Television en "Moriría por vos", delicia musical que destaca entre casi todo lo demás, y esto pueda parecer más que impostado, en el fondo estoy seguro de que lo que proponen Eva y Juan es totalmente honesto. Aquí los jitazos se suceden a lo bestia en una primera parte que nos pone en guardia ante la posibilidad de estar ante un clásico. Percepción que se va diluyendo conforme avanza el álbum y nos sueltan demasiadas medianías como para seguir creyendo. Poco más puedo decir sobre un disco para nada equilibrado, pero que en la trayectoria del dúo mañico se sitúa en cabeza como el mejor o por lo menos como el más importante.
★★★☆☆
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