Así se abre un álbum legendario.
Abraxas (Santana, 1970) tiene un pórtico espectacular que se llama "Singing Winds, Crying Beasts" y que es todo lo que anuncia y más. Guitarras que gimen y aúllan como el viento y las bestias y percusiones calientes que acunan el tono jazzístico del piano. Un conglomerado caliente de latinidad bien entendida como un experimento valiente y sabroso. Así, sí. Siempre.
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