Que
M. Ward es un grande no se le escapa a nadie. Y si así fuera, bastaría con pegarle un buen tiento al brebaje dulce y delicado que se marca con esta "
Primitive Girl". Tan delicada como contundente, estamos ante una tonada de esas que pueden llamarse atemporales. Un tanto inmaculado en su dilatada y soberbia discografía. Un clásico imperecedero de verdad.
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