SHOEGAZE. No fue el primero. Este grupazo se estrenó tres años antes con el miniálbum This Is Your Bloody Valentine. Aun así, este es el auténtico comienzo. El big bang para una banda y un sonido que iban a ser únicos. Aquí están ya Deb Googe y Bilinda Butcher, incorporaciones que resultarían clave en el sonido del grupo. Un sonido que perfeccionan ya para siempre alejándose del post-punk más bien gótico de sus orígenes. No obstante es Kevin Shields el que aprieta las tuercas y controla la manija en dirección a un pop ruidoso en el que la delicadeza es amplificada hasta ponerla del revés.
No se había visto hasta este momento tamaña sutileza entre una maraña sónica tan arisca y tan poderosa. "Lose My Breath", "Cupid Come", "You're Still in a Dream", "No More Sorry", "Feed Me With Your Kiss".... todas son piezas de orfebrería esculpidas sin un modelo al que imitar. En todas se aprecia un hálito de modernez casi eterno. La vanguardia a base de una colección de suspiros electrificados y amplificados hasta el hartazgo que nos dejan cegados por el fulgor. Como aparecen en la portada. Cegados por ese noise estroboscópico y succionante que ya domeñaban y no tardarían en elevar al infinito en su magno Loveless (1991). Y eso no significa que esto sean unos simples prolegómenos. Hasta ahora eran alumnos aventajados. A partir de aquí se convierten en maestros por derecho.
★★★★☆
Total: 38 min.
Fantasmal. Esa sería la palabra que define mejor lo que suena aquí. Las fotos que adornan el álbum no hacen más que rubricar esa sensación. Una atmósfera ectoplasmática que siempre le iba a ir que ni pintada al grupo más ruidoso y al de sonido más frágil a la vez del panorama.
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