viernes, 8 de abril de 2016

El amor infinito

Les amants de Teruel (Édith Piaf, 1962) 


CHANSON. Uno de los últimos álbumes de su carrera. Podríamos esperar a una Piaf cansada, hundida en la efermedad y la adicción, pero no. Era demasiado grande para mostrar su debilidad. En este disco nos la encontramos esplendorosa, con esa entrega que nunca supo dosificar. Una Édith Piaf torrencial y dominadora, con la sabiduría de la experiencia. Una Piaf que nos hace trizas nada más abrir la boca en esa "Les amants de Teruel" que abre el disco. Imposible no quedar arrasado por la negrura y la profundidad de esta interpretación. 
 
Y tras esta rendición abisal, la vivacidad que parecía devolverla a su juventud con un "Quatorze Juillet" espectacular. Un palo que dominaba como también hacía con el canalleo cabaretero que vuelve a rememorar en la prodigiosa "Polichinelle". Tres razones de peso para quedar atrapado para siempre. Así no se puede fallar en un disco que suena vivo y que invita a soñar. Y no se puede decir esto siempre de una de las artistas más mayúsculas de la historia, poseedora de un cancionero espectacular, pero que no salía siempre bien parada en un formato tan denostado en la época como el LP.

No hay manera de encontrar la información en internet. No sé si este es el último disco largo que grabara en vida la parisina, pero sería bonito que así fuera porque como despedida suena brutal. Triste y salvajemente brutal.
★★★★☆
A1 Les amants de Teruel (Du film du même titre) 3:40
A2 Quatorze juillet (Du film "Les amants de Teruel") 2:00
A3 Polichinelle 3:00
A4 Toi, tu l'entends pas 2:40
B1 Ca fait drôle 2:40
B2 On cherche un Auguste 3:10
B3 Une valse 3:20
B4 Fallait-il 2:10
Total: 22:40 

El tema central del título y la canción titular es la leyenda de los amantes de Teruel, según la cual Juan Martínez de Marcilla (o Diego de Marcilla, dependiendo de la fuente) e Isabel de Segura se enamoran. Diego venía de familia humilde. Isabel todo lo contrario. Así, aprovechando que él marchaba a la guerra, la casan con un rico pretendiente. A la vuelta, visto el percal, Juan le pide un beso escondidas a su amada, la cual se lo niega por no faltar a su marido. Ante el desprecio, Juan muere en el acto y al poco lo hace su amada.
 
Una historia de esas melodramáticas y superinfladas que puede no ser del gusto de cualquiera, pero que hay que admitir que a la Piaf le iba como anillo al dedo. Una historia de amor no consumado, de anhelo amputado, que va que ni pintada a la voz dramática, profunda y emotiva de la Môme. Una historia que en cierta forma resume un poco su vida, tan llena de sinsabores y en la que el desamor dominó por goleada. En cuanto al tiempo, al menos. Sin duda, no si hablamos de esa llama incandescente que también incendió el pecho de nuestra heroína.

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