BLUES ROCK. En su prodigioso debut, Don Van Vliet se empecina en mostrar al mundo su versión del rhythm & blues y lo hace sin intermediarios. Para ello bebe directamente de la fuente. Nada de Animals, ni Cream, ni The Who. Se deja envenenar por Howlin' Wolf y Muddy Waters para regurgitar esta cosa mucho más rugosa, ruda y crujiente que lo que se venía haciendo por las islas británicas al fusionar el blues y el rock.
Safe As Milk es el extraño título de una obra extraña. Bizarra, pero directa y clara. Sobre todo al compararla con inventos futuros del Capitán y sus huestes. Aquí se permite el lujo de encandilar con ritmos potentes y vertiginosos como en las fundacionales "Zig Zag Wanderer" y "Electricity", e incluso tontear con maravillas casi pop 50s como "I'm Glad". Sería la única vez y por eso este puede ser el disco más querido de Van Vliet. Por mantener un hálito de cordura en medio de un vértigo psicótico incipiente y tímido, pero muy revelador.
Sí, aún siendo fanático de obras posteriores como Trout Mask Replica (1969) o Lick My Decals Off Baby (1970), reconozco que esta es la que más me hace disfrutar. Duración más que ajustada y canciones vibrantes y directas con su puntito bizarro, pero sin llegar al dadaísmo de las obras mencionadas. Por todo esto puede que Safe As Milk sea la mejor obra de nuestro ínclito amigo. Y si no es la mejor sí que es la que recomendaría para entrar en su mundo. Un mundo muy poco recomendable, eso también.
★★★★☆
Don Van Vliet nos transporta con este disco en un viaje inverso al útero materno. Su cacharrería infame, su locura desatada, la blancura lechosa de su portada y su título, esa búsqueda de la seguridad hogareña de la leche materna... Todas estas ideas se agolpan en mi mente cada vez que trato de dar forma a lo que entra por mis oídos cuando lo pongo a girar. Será poesía, será boutade, será... bueno... o genial, por qué no.
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