CANCIÓN DE AUTOR. La epopeya sureña de Randy Newman. Otro discazo extraído de la veta inagotable de la América profunda. Esa que se encuentra en las entrañas de este mayúsculo compositor. Aquí está todo: sus gentes ("Rednecks"), sus ciudades ("Birmingham"), sus amores ("Marie"), sus políticos y miserias ("Mr. President", "Every Man a King") y también un jocoso y oscuro realismo mágico ("Naked Man"). Y todo sale mal parado en esta crónica. No podía ser de otra forma en el retrato de esos "viejos y buenos chicos", una expresión que no siempre es positiva, ya que engloba tanto a los blanquitos humildes y hacendosos como a los intolerantes y retrógrados.
Parecía inevitable que Newman se enfrentara tarde o temprano a la problemática y a la complejidad del sur de los Estados Unidos. Aún viniendo de Los Ángeles, ciudad cosmopolita, parece haber mamado todo lo que cuenta aquí. Su pluma siempre ha sido la más incisiva del panorama, y así no deja títere con cabeza. El racismo y su sinrazón, las familias disfuncionales y el alcoholismo pueblan una obra crítica, ácida y bellísima. Sólo él sabe hacerlo así. Revolcarse en la mierda y salir carcajeándose y como una patena. Es que es mágico, no tengo la menor duda ya.
★★★★☆
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