De alguna forma intenta y casi consigue volar como en sus inicios. El aliento venenoso del riesgo está aquí, como en sus mejores tiempos, con una dosis extra de euforia que lo aleja de las oscuridades impenetrables de sus últimos trabajos. Tampoco es que saque las castañuelas aquí, no hay que equivocarse. Pero bueno, no es algo que se espere del venerable, ¿verdad?
"Shleep" cuesta pero puede decirse que se agencia el título de su mejor obra desde "Ruth Is Stranger than Richard". Da en el clavo y reluce, aunque sólo sea a ratos. Es difícil quedarse con este o aquel momento, todo es demasiado bizarro aquí, pero sigue enamorándonos con el piano, los vientos de fantasía y esa voz antigua e intachable como lo más puro y lo más crudo de esta vida. Sí, Robert Wyatt sigue a lo suyo, pero un poco mejor y eso acaba siendo mucho.
★★★☆☆
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