The Argument (Fugazi, 2001)
POST-HARDCORE. No soy de obviedades. Al menos eso intento. Por eso, tener que dar carpetazo al canto de cisne de un grupo tan intenso, tan importante y tan brutal como Fugazi con un simple "han edulcorado su sonido demasiado" me parece muy simplón. Y muy injusto, seamos sinceros, porque tampoco es eso lo que define a este "The Argument".
Además de eso, más que evidente en las guitarras acústicas y en la búsqueda constante de nuevas dinámicas, hay riesgo, hay afán exploratorio y hay un puñado de hallazgos más que interesantes. Emoción, punzamiento raquídeo, vello de punta... De eso parece haber menos, pero solo al principio, porque bien escuchado, sí que sigue estando ahí, por mucho que lo disfracen. Lo diremos por tanto: Fugazi se despiden de manera gloriosa, tal y como deja claro la opinión generalizada, con un disco del que, como mínimo, nadie podrá decir que es malo, algo que suena a muy poco para los de Washington. De hecho, después de oído y asimilado, suena casi a insulto para una banda que lo ha basado todo en revolcarse sobre todo aquello que parecía inamovible, industria y rock incluidos.
Y es insultante porque "The Argument" parece todo lo que he dicho, pero en su corazón alberga mucho más. Puede parecer que lo más notable está al principio y al final, pero tampoco es así. Hay todo un mundo por descubrir entre "Cashout" y "The Argument". Con la primera demuestran que hay muchos caminos para conseguir tocar hueso más allá del ladrido y el calambrazo. Y con la segunda juegan con la melancolía a través de la pereza y el letargo, de una desidia que acaba reventando para convertirse en el resumen más hermoso, más descriptivo y más pertinente para echar el cierre a un proyecto único con todas sus letras.
A día de hoy no han sucumbido a la tentación de la reunión mercantilista. Y ya han pasado un par de décadas. Por todo esto, hasta este disco merece el beneficio de una duda que se han ganado a golpe de integridad. Una duda que nos va a hacer volver a él una y otra vez para ir descubriendo progresivamente lo gigantesca que es esta despedida.
★★★★☆
Fugazi han ido dejando de lado lo más pétreo y duro del punk matemático para explorar sonoridades de apariencia más amable pero igualmente brutales en su capacidad de movilización, de denuncia y de revolvernos las tripas y el alma. Este álbum sería la culminación de ese refinamiento. Como ese Altar de Pérgamo que me sugieren con esta obra. La joya del Pergamonmuseum berlinés es famosa por su Gigantomaquia, esa representación de la lucha entre los gigantes de la mitología griega. Gigantes, piedra, brutalidad y arte... Todo junto y requetemezclado sin saber muy bien por qué para hablar de la última obra del grupo de Washington DC.
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