Box Set (The Doors, 1997)
ROCK TEATRAL. Este fue el primer intento serio por reunir rarezas de enjundia en un catálogo ya bastante expoliado, pero del que se podían sacar aún cosas sustanciosas para tratar de saciarse de la experiencia The Doors, ese grupo que a todo el mundo le acaba llegando más pronto que tarde y que para algunos sigue teniendo vigencia más allá de la adolescencia, el momento ideal para empaparse de su música y poesía visionarias.
La caja está ideada para impresionar y contiene suficientes ganchos para atraer al comprador. Algunos apelan más al morbo que otra cosa, como esa "Five to One" de horrible sonido y ejecución sacada del escandaloso concierto de Miami en 1969 que le costó más de un dolor de cabeza al grupo y en especial a Morrison. Otros son mucho más justificables y atractivos, como esa "Queen of the Highway" estilo jazz, esa "Hyacinth House" en pañales, esa estratosférica jam que es "Black Train Song", o esa primera maqueta que grabaran en 1965, por decir algunos.
También es fantástico el directo que llena el segundo CD. Un ritual sin aditivos grabado en el Madison Square Garden neoyorquino en 1970, esto es, en pleno pico de popularidad y rechazo por parte de los sectores más puritanos de la sociedad norteamericana. Un detalle gustoso para cualquier aficionado, aunque la guinda del disco, sin duda, es la reconstrucción de esa "Orange County Suite" que Jim dejó grabada durante las sesiones de L.A. Woman y a la que ahora el resto del grupo envuelve en un acompañamiento sucinto y elegante para darle vida y convertirla en el panegírico perfecto por la muerte de su amigo.
Otra cosa es el último CD, en el que los tres Doors supervivientes seleccionan sus canciones favoritas. Más allá del interés por ver sus gustos íntimos y leer sus comentarios en el, también hay que decirlo, maravilloso libreto, poco más le veo a un conjunto de canciones que cualquier seguidor conoce ya al dedillo. Supongo que es el peaje que hay que pagar. Sería más interesante editar discos 100% inéditos, pero todos sabemos que los legados hay que dosificarlos. Sí, la pela es la pela, señores, pero en este caso el producto merece la pena.
★★★☆☆
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