lunes, 1 de noviembre de 2021

Reliquias doradas

40 Greatest Hits (Hank Williams, 1978)

 

COUNTRY. Este doble álbum pasa por ser la colección definitiva del genio de Alabama. Este ser sagrado, white trash de manual, ángel y demonio, es uno de los pocos cantautores que pueden presumir de haberle cambiado la cara a la música popular. No es gratuito que Leonard Cohen lo situara cien pisos encima de él en su metafórica torre de la canción ("Tower of Song" (1988)). En el mismo piso, seguramente, que luminarias eternas como Cole Porter o los hermanos Gershwin. Esto es algo que para muchos podría sonar exagerado, pero que no lo es en absoluto cuando nos referimos al hombre destinado a diseñar el libro de estilo de todo el country moderno.

Su carrera musical duró solo quince años, entre 1937 y 1952, pero su huella en la música de raíces e incluso en el nacimiento del rock and roll es indeleble. Murió de manera inesperada en la nochevieja de 1952, habiendo sentado las bases del country a partir de su mezcla de blues y música cajun, con un cancionero eterno que aparece ampliamente documentado en este disco glorioso. No hay que olvidar que en la época, los LPs no eran el objeto artístico que son hoy. Eran contenedores de singles agrupados con más o menos acierto. Además, su precio elevado los hacían un objeto casi de lujo al lado de los singles que nutrían las jukeboxes de toda Norteamérica y los salones de una clase media vapuleada tras la Gran Depresión, pero que empezaba a recuperarse.

Por tanto, como no existe eso del disco definitivo de Hank Williams, lo mejor es aproximarse a él con un recopilatorio que combine lo jugoso y lo enciclopédico. Este puede presumir de ambas cosas. Por eso, quizás, se ganó desde su lanzamiento la vitola de colección definitiva del autor. Por eso es tan fundamental para cualquier melómano de pro. Aquí está todo aquello por lo que Hank Williams merece su estrella en el salón de la fama. Toda su dulzura, toda su retranca, todo su filo y todo su dolor. Y eso es lo que supuran estas tonadas eternas. Por encima de la melopea, de su belleza atemporal y eterna, son canciones que se desangran en tiempo real. Así de verdaderas y brutales son estas cuarenta piezas fundamentales arrancadas de la gran novela americana.


A1 Move It on Over 2:43
A2 A Mansion on the Hill 2:33
A3 Lovesick Blues 2:42
A4 Wedding Bells 2:53
A5 Mind Your Own Business 2:53
A6 You're Gonna Change (Or I'm Gonna Leave) 2:55
A7 Lost Highway 2:40
A8 My Bucket's Got a Hole in It 2:31
A9 I'm So Lonesome I Could Cry 2:45
A10 I Just Don't Like This Kind of Living 2:46
B1 Long Gone Lonesome Blues 2:36
B2 My Son Calls Another Man Daddy 2:32
B3 Why Don't You Love Me 2:22
B4 Why Should We Try Anymore 2:36
B5 They'll Never Take Her Love From Me 2:43
B6 Moanin' the Blues 2:22
B7 Nobody's Lonesome for Me 2:29
B8 Cold Cold Heart 2:42
B9 Dear John 2:33
B10 Howlin' at the Moon 2:41
 
C1 I Can't Help It (If I'm Still in Love With You) 2:22
C2 Hey, Good Lookin' 2:53
C3 Crazy Heart 2:25
C4 (I Heard That) Lonesome Whistle 2:24
C5 Baby, We're Really in Love 2:30 ✠ 
C6 Ramblin' Man 3:01
C7 Honky Tonk Blues 2:09
C8 I'm Sorry for You My Friend 2:40
C9 Half as Much 2:41
C10 Jambalaya (On the Bayou) 2:51 
D1 Window Shopping 2:31
D2 Settin' the Woods on Fire 2:34
D3 You Win Again 2:34
D4 I'll Never Get Out of This World Alive 2:24
D5 Kaw-Liga 2:33
D6 Your Cheatin' Heart 2:41
D7 Take These Chains From My Heart 2:36
D8 I Won't Be Home No More 2:43
D9 Weary Blues From Waitin' 2:33
D10 I Saw the Light 2:42
Total: 104:44

 

Sin Hank Williams probablemente no habríamos tenido a Merle Haggard ni a Townes Van Zandt ni a Johnny Cash. Esto puede ser más o menos evidente. Lo que no lo es tanto es que también dudo que hubieran existido Chuck Berry o Elvis. Y si hay alguna duda al respecto, lo que veo seguro es que no hubiéramos sabido nada de Buddy Holly, eso lo veo indiscutible.

Su influencia y su peso en la música de raíces son incalculables. En su fraseo, sus gorgoritos hipados, en su rasgueo y en sus letras se encuentra el molde para casi todo lo que vendría después. Y lo más curioso es que todo esto lo hizo en pocos años, porque aunque sus inicios se remontan a la segunda mitad de los años 30, su eclosión y su temas más decisivos fueron grabados una década después. Esta es la época que nos ocupa en este recopilatorio. Un período que fue amputado trágicamente cuando Williams falleció en su coche por una sobredosis de medicamentos y alcohol en la nochevieja de 1952.

Su fantasma siguió actuando jocoso tras su fallecimiento. Es famosa la anécdota en la que, cuando anunciaron su muerte al público que lo esperaba para actuar, la gente empezó a reirse pensando que era una broma u otra de las muchas excusas que el cantante venía usando en los últimos tiempos. Solo cuando Hawkshaw Hawkins, otro de los cantantes que iba a cantar esas noche, empezó a entonar el inmortal "I Saw the Light" junto a otros de sus compañeros, el público empezó a ser consciente de la realidad y se unió en un sentido homenaje. Precisamente esa es la canción que cierra este recopilatorio. Su epitafio temprano. Williams tenía 29 años.

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