INDIE POP. Así se echa un cierre. Saray y Lolo Lapón deciden dejarlo en lo más alto con un disco doble editado en dos fases. Aquí nos lo encontramos al completo, tal y como fue concebido seguramente si la industria no fuera tan implacable con sus dictados. O no, eso solo lo sabe un dúo que prefirió arder a consumirse lentamente.
Esta dupla representa solo su tercera y cuarta referencia en largo. Demasiado pronto quizás para abandonar y dejar por el camino a su pequeña pero fanática cohorte de fans, los cuales son capaces de pasar por alto todo el intelectualismo y la altivez de una propuesta demasiado leída y demasiado profunda para la media. Stephin Merritt y Antonio Luque dejan su huella en estas canciones. Tanto como Franco Battiato, Los Planetas o Vainica Doble.
Así no es de extrañar que señalen como modelo ese torrencial e ilimitado 69 Love Songs (1999) de The Magnetic Fields. Un disco que si se caracteriza por algo, además de la inmensidad de sus tres CDs, es por la vorágine vertiginosa de su eclecticismo. Un pop que el dúo madrileño persigue con fe ciega, consciente de que es la mejor forma de alcanzar ese equilibrio entre referencialidad y ese sello propio que todo el mundo anhela.
Una personalidad que palpita irrefrenable en este par de joyitas. Los discos definitivos de un grupo que para muchos siempre será demasiado altivo, con toda su fina ironía y sus picoteos de la alta cultura. Un grupo que, visto de otro modo, más que dárselas de nada, también podría decirse que respeta a su público al máximo, pensando que siempre habrá gente con la sensibilidad (no, no se trata de inteligencia) suficiente como para conmoverse y temblar con estas historias. Y no, yo nunca me he considerado uno de ellos. Sorpresas te da la vida.
★★★★☆
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