No More Shall We Part (Nick Cave & the Bad Seeds, 2001)
TORCH SONGS. Borracho de romanticismo, Cave entrega una obra que fluye por ríos y bosques solitarios. Un disco victoriano donde el piano es el protagonista imperial. Desgarrado, aunque con mesura, nos ofrece una dicción reposada que se recrea en los pasajes contemplativos y que no aburre en ningún momento.
Y a pesar de todo este recogimiento nos encontramos varios momentos de tormenta como "15' of Pure White Snow", "Oh My Lord" o "The Sorrowful Wife". Torrentes que no llegan a cotas pasadas pero mantienen una tensión lo suficientemente importante como para que hablemos de una obra que vale la pena. Mucho. Muchísimo, si me apuran.
Ya sé que la lógica basada en el inevitable desgaste nos dice que ya era el momento de que empezara el declive para el australiano, pero no. Puede que sus mordeduras no toquen hueso ya, pero de ahí a darlo por muerto queda un buen trecho.
★★★☆☆
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