lunes, 11 de marzo de 2024

La venganza de los traicionados

Music for the Jilted Generation (The Prodigy, 1994)

 

RAVE PUNK. En su segundo disco, un álbum que tuvieron que recortar para que entrara en el CD, The Prodigy se dieron de bruces con su obra más ambiciosa y brutal en todos los sentidos del término. Un trabajo en el que conservan y amplifican el vértigo anfetamínico de su debut a la vez que lo dotan de sentido y equilibrio y lo cargan de arreglos y melodías en una labor minuciosa de infinitas capas que impresionó al mismísimo David Bowie.

Y todo esto no significa que estemos ante una obra de fácil digestión. Ni sus progresiones salvajes ni su duración son una ayuda. Tampoco una mezcolanza de estilos y dinámicas que nos hace preguntarnos constantemente por nuestras propias sensaciones, muchas de ellas inéditas en nuestra experiencia melómana. Será por todo esto que el álbum me parezca tan metálico y tan selvático a la vez. Lo mismo me vapulea con su latido industrial que me hace flotar con los sonidos más prístinos sacados de algún manantial escondido. Es capaz de sonar agresivo como la tunda más violenta y atmosférico como la nebulosa más inaccesible. Lo primero podemos verlo en temazos como "Their Law" o "Break & Enter". Lo segundo, por ejemplo, en parte de los más de veinte minutos de la suite narcótica con la que cierran. Incluso podemos disfrutar de las dos sensaciones en un mismo tema, como pasa en "Poison", reducto eléctrico y carnoso en el que los extremos se tocan y retozan a su antojo.

Una marejada de impresiones entre la que bulle el espíritu político de un disco que es toda una referencia para lo que era la cultura rave en la época. Un disco con el que rechazan de plano normas como la Ley de Justicia Penal y Orden Público con la que el gobierno británico trataba de reprimir las raves ilegales que estaban floreciendo en la época. "Fuck 'em and their law!" braman iracundos en el tercer corte. Y no solo atacaban a los legisladores. También a unas raves que se habían olvidado de su espíritu original para convertirse en una cosa corporativa, previsible y hueca. Muchos dirán que estas bacanales de puro hedonismo nunca gozaron de profundidad alguna, pero sí que podían contar con una autenticidad que el turismo de turno les estaba escamoteando.

De cualquier forma, poco o mucho, superficial o profundo, lo que es cierto es que el segundo de Prodigy es un bombazo difícil de superar. O de igualar si me apuran. Ni lo hicieron ni creo que lo hagan jamás.

★★★★☆

1 Intro 0:45
2 Break & Enter 8:24
3 Their Law 6:40 feat. Pop Will Eat Itself
4 Full Throttle 5:02
5 Voodoo People 6:27
6 Speedway (Theme From Fastlane) 8:56
7 The Heat (The Energy) 4:27
8 Poison 6:42
9 No Good (Start the Dance) 6:17
10 One Love (Edit) 3:53
    The Narcotic Suite
11 3 Kilos 7:25
12 Skylined 5:56
13 Claustrophobic Sting 7:13
Total: 78:07

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