
POP ROCK MELANCÓLICO. El tercer álbum de La Dama supuso su techo de popularidad y éxito. Un disco que gozó de una promoción en condiciones y que se nos apareció repleto de palabras enormes: reino, libertad, sol, desierto, mar, confianza, fuerza, tiempo, desafiando al mar, fortaleza invencible, ... E ilusión. Resulta increíblemente molesto y fatigoso el contar las veces que pronuncian este último vocablo. Llegan a borrarle el significado, de verdad.
Unas palabras que son tan grandes como la rotundidad instrumental y ese inesperado tufillo rockero en unos solos inéditos hasta la fecha. Algo que contribuyó al éxito del que hablábamos, pero que a la vez no sentó nada bien a un grupo que hasta entonces había apostado por un certero minimalismo a media luz. Ni las estupendas "El increíble hombre menguante" ni "Puedes buscar" logran que el disco descolle por encima de los niveles de antaño. No, "Coge el viento", "Capturado" (el "Close to Me" de los donostiarras), "Princesa" o "Más allá del sol" hacen su trabajo con dignidad, pero no son la piedra filosofal. Los góticos de colores habían descubierto los placeres de la grandilocuencia. O eso, o habían aprendido a tocar. Y a veces no hay que saber tanto.
Sin embargo, son tantos los buenos recuerdos que brotan con este álbum, son tantas las emociones que desencadenan sus arreglos de fantasía, que acaban venciendo al engolamiento terminal, a la producción de celofán que las asfixia y a toda una artificiosidad a la que no puedo negarle ni un ápice de su inmensa belleza. Por eso no puedo más que suponer que lo bueno aquí pesa más que lo mucho malo con lo que me he explayado.
★★★☆☆
A1 Coge el viento 4:35 ✔
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