sábado, 21 de febrero de 2009

"Australia" o el exceso de lo clásico

(clic)
La última de Baz Luhrmann es una película que satisface solo a medias. El comienzo te apabulla y te obliga a observar sin parpadeos por su atropello y su ritmo frenético. ¿A qué me suena esto? Si parece un poco... Sí, es el mismo director de Moulin Rouge, me dicen. Ahora me lo explico todo. O eso creía yo, porque conforme va avanzando, la película empieza a dejar un tufo a batiburrillo que no me acaba de convencer. Se le podrá llamar "homenaje excelso a los clásicos" pero yo lo que veo es un uso excesivo de los recursos y las situaciones que remiten al cine de relato épico (véase Lo que el viento se llevó), con retazos del buen salvaje de Rousseau (véase El libro de la selva) Eso entre muchas otras referencias que, según muchos críticos, suman en el conjunto. Mi humilde opinión de aficionado es que, aunque entretenida e interesante, viene lastrada por un sentimentalismo que trata de ser ultramoderno y se queda en poca cosa (véase todo el rollo del niño aborigen)

Al final nos quedamos con retazos de denuncia y cachitos de amor, con una Nicole Kidman que muestra su amplitud de registros y con un Hugh Jackman correcto y eficaz. Ah, y con un sabor de boca agridulce que puede tirar para lo sabroso si tenemos en cuenta que, a diferencia de Moulin Rouge, aquí no cantan.

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