viernes, 13 de marzo de 2009

"busca algo que no sepas hacer bien, y no lo hagas" - Terencio



Seguramente muchos de los que crecimos en los 80 recordaremos 1987 como el año en el que nos bombardearon con el The Joshua Tree de U2, el Kiss Me Kiss Me Kiss Me de The Cure, la canción Luka de un disco de Suzanne Vega del que nadie sabe el título y el jitazo del debut de un tal Terence Trent D'Arby. Introducing the Hardline According to Terence Trent D'Arby se coló en cada uno de los hogares de (medio) mundo a golpe de single y de talonario. ¡Qué tiempos de promociones megalíticas!



Me ha par
ecido este un momento como otro cualquiera para desempolvar dicho álbum y tratar de averiguar qué coño pasó con el que parecía que iba a ser el nuevo ídolo dorado del pop negro. Resulta misterioso cómo desde el preciso instante en el que temazos como "If You Let Me Stay", "Wishing Well", "Dance Little Sister" o "Sign Your Name" empezaron su rutilante vuelta al mundo todo se convirtió en un camino empinado y cuesta abajo. La caída se ha tornado imparable. Cinco discos después, nos queda el misterio del porqué todo ha ido degenerando. Y nos dio pistas ya desde el segundo. Neither Fish nor Flesh era eso, ni carne ni pescado. Excesivo y ultraambicioso. Symphony or Damn resultó apreciable aunque la crítica ávida de ver síntomas de recuperación lo elevó demasiado por encima de su valía real. Al menos contenía "Delicate", ¿su mejor canción?



A partir de ese momento los frenos fallaron en el descenso. Se pintó el pelo de amarillo, se puso alas de ángel y se cambió el nombre a Sananda Maitreya. Se te fue la olla, Terencio. Así, ¿qué podíamos esperar? ¡Tío loco!

2 comentarios:

  1. que bien vivíais los ochenteros!!!
    pues a mí no me sonaba el tío este... cuestión de probar...gracias, rafa por toda la sabiduría que nos transmites

    ResponderEliminar
  2. Fue un pelotazo absoluto. No sé si de tu agrado, pero puede ser que sí.

    ResponderEliminar