To Be Kind (Swans, 2014)
ART NOISE. Tercer monolito monumental en la segunda venida del grupo afincado en New York City. Tercera prueba de dominio absoluto. Tercera reliquia para atesorar. Un disco rotundo y sin fisuras. Una obra completísima y redonda de principio a fin. Tanto que, tres décadas después de su estreno discográfico, podemos estar hablando del mejor disco de Swans en toda su historia. Y eso, para cualquiera que conozca medianamente cómo se las gasta esta banda, es decir mucho. Muchísimo.
Una vez más se las ingenian para moldear el sonido como solo ellos saben. Con ese manoseo de la atmósfera como si fuera algo físico, como si estuvieran modelando arcilla o forjando acero. Pero aquí de una manera más viva que nunca, azuzando el tempo, coloreando las dinámicas y grabando las letanías en piedra. Seguro que ese es el motivo de que, a pesar de su duración monstrenca, el disco entre mucho mejor de lo esperado. Por eso y por la evanescencia de los teclados, cosa que, junto a esa flama verbal a lo Alan Vega, es el distintivo de una obra que mezcla a The Doors con Suicide y a Tangerine Dream con Neurosis con una maestría sin parangón.
Una vez más se las ingenian para moldear el sonido como solo ellos saben. Con ese manoseo de la atmósfera como si fuera algo físico, como si estuvieran modelando arcilla o forjando acero. Pero aquí de una manera más viva que nunca, azuzando el tempo, coloreando las dinámicas y grabando las letanías en piedra. Seguro que ese es el motivo de que, a pesar de su duración monstrenca, el disco entre mucho mejor de lo esperado. Por eso y por la evanescencia de los teclados, cosa que, junto a esa flama verbal a lo Alan Vega, es el distintivo de una obra que mezcla a The Doors con Suicide y a Tangerine Dream con Neurosis con una maestría sin parangón.
Si en My Father Will Guide Me Up a Rope To the Sky (2010) jugaban a deformar el folk a base de bloques de ruido y en The Seer (2012) se empeñaban en ofrecer su versión del doom y el drone metal vía el Monoliths & Dimensions (Sunn O))), 2009), en este To Be Kind dan su versión del funk y el jazz eléctrico de Miles Davis. Una visión dislocada y turbulenta, expresada a base de espasmos y la bruma púrpura que dan unas teclas envueltas en el humo del incienso y los opiáceos. Droga durísima en casi dos horas de gloriosa confrontación y sopor neblinoso.
★★★★☆
1.1
Screen Shot
8:04 ❤
1.2
Just a Little Boy (For Chester Burnett)
12:39
1.3
A Little God in My Hands
7:08
1.4
Bring the Sun / Toussaint L'Ouverture
34:05
1.5
Some Things We Do
5:09
2.1
She Loves Us
17:00
2.2
Kirsten Supine
10:32
2.3
Oxygen
7:59
2.4
Nathalie Neal
10:14
2.5
To Be Kind
8:22
Total: 121:12
Vuelta a lo primitivo para una nueva sofisticación, para darnos en la boca con un arte nuevo, primario y epidérmico. Como el que está probando los límites por primera vez. Así suenan los Swans a los treinta años de su formación. Una vuelta a lo básico, que es el elixir de la eterna juventud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario