jueves, 19 de agosto de 2010

tótem #39: cine NEGRO




Título
: El tercer hombre / The Third Man
Director: Carol Reed
Guionista: Graham Greene (autor de la novela)
Año: 1949

Cuando Holly Martins, un escritor de tercera acabado, llega a Viena atendiendo a la llamada de su amigo Harry Lime poco podía imaginar lo que se le venía encima. Su amigo había muerto en extrañas circunstancias y la investigación que inicia el recién llegado lo iba a sumergir en una vorágine sin vuelta atrás en la que la búsqueda del/los asesino(s) de Lime iba a convertirse en la búsqueda de dicho amigo, una búsqueda en la que el hallazgo no iba a ser bienvenido precisamente sino que vendría a turbar y poner del revés el concepto que tenía sobre la persona de aquél que creía conocer. Este es el planteamiento de un argumento de relojería suiza extraído de la novela de Graham Greene del mismo título. Una base excelsa desde la que partir que no garantiza el éxito que finalmente obtuvo.

Por el camino y tras muchas vicisitudes, un paseo impagable por una Viena ocupada tras la 2ª Guerra Mundial, una ciudad destrozada pero imperial, con una belleza otoñal captada por la cámara de Reed para la posteridad. Rebuscar en sus escombros es darse de bruces con secretos inconfesables y pasados que es mejor no remover. Son los restos de una civilización, de una humanidad perdida, sin valores que iba a encaramarse sin pensar en el tren de la modernidad, el capitalismo salvaje y la burocracia febril. Por todo esto estamos ante una obra maestra. Sin olvidar detalles como el retrato kafkiano de la policía internacional con sus patrullas compuestas por un miembro de cada país ocupante. Ridículo como todo el sinsentido que podemos rastrear en nuestra historia. Eso sí, mientras tanto, no podemos dejar de tararear esa musiquilla mítica… ta-ra-rá, ta-rá, tarátará… mientras nos preguntamos qué hubiéramos hecho en el lugar de ese tercer hombre. La ambición ¿lo puede todo?

Curiosidades

- El tema central de la mítica banda sonora compuesto por Anton Karas solamente emplea un instrumento, una cítara de origen balcánico. Pocas veces se ha logrado tanto con tan poco.

- La película enlaza con la tradición expresionista alemana en su uso impactante y maravilloso de los encuadres en ángulos distorsionados y el empleo de la iluminación. Esto no fue siempre bien entendido en la época, de ahí que la recepción general hacia el film fuera más bien tibia. Nada que ver con la visión que tenemos en nuestros días, ya que es considerada con justicia una maravilla estética y narrativa.

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