sábado, 12 de noviembre de 2011

La rabia y la transparencia


La caza (Tahures Zurdos, 1994)
HARD ROCK

Demasiado épico aun con su pátina de cotidianidad. Led Zeppelin se convierte en el faro de un disco que empieza con potencia acústica atronadora y entrega un buen puñado de temas potentes y pelín histriónicos. Incluso las baladas, una por cara, no logran convencer a pesar de una belleza a todas luces incuestionable. Porque lo que el disco gana en efectividad lo hace a costa de una originalidad totalmente inexistente.

No sé cuántas veces ni en cuántos sitios diferentes habremos oido estos riffs. El colchón más rotundo al fin y al cabo para la voz poderosa de Aurora Beltrán, alma y motor del grupo. Una marca tan potente que acaba engullendo todo matiz y toda sutileza. Aún así, una de las mejores voces para esto del rock duro que servidor haya escuchado. En cualquier idioma.




Por todos estos subidones y bajonazos, "La caza" se acaba disfrutando un poquito y del tirón. La duración breve ayuda sobremanera y se agradece. Lo adictivo de sus tics, por muy manidos que sean, se acaba agradeciendo. Y seguro que siempre encontrarás el momento adecuado para degustar trallazos como "La caza", "Rabia" o "Solos contra el mundo". Eso sí, hay que procurar hacerlo sin atragantarse, pero con la conciencia más que tranquila al mismo tiempo.

Un disco poderosísimo y muy muy menor. Todo a la vez.

6.1



Led Zeppelin sobrevuela todos los rincones de este disco. Desde el mismo comienzo, con ese tema titular que no deja de remitirme al "Four Sticks" de los británicos, los de Aurora Beltrán no ocultan, sino que potencian su adoración por la que puede ser la banda más mítica de la historia del rock. No los culpo, pero tampoco puedo decir que esto les dé puntos a los navarros.

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