domingo, 5 de octubre de 2014
momentazo #207: roast beef en teriyaki
McCartney (Paul McCartney, 1970)
Portada mínima, a la japonesa, para canciones de pop minimalista. Bocetos instrumentales para rellenar, brochazos de blues y cabaret y ¡tachán! Discazo de un artesano del pop que nunca debió pretender más que eso. Las ínfulas pueden ser la rémora de un artista que a estas alturas del partido ya no tenía nada que demostrar. Si acaso que era capaz de volar sin los Fab Four. Esta fue la primera demostración de que su talento no conocía límites. Con la humildad que denota la portada y la delicadeza y sabiduría de unas composiciones que no deja cocer a fuego lento para que queden frescas, casi crudas. Con la sabiduría de buscar la influencia en los más grandes aunque estos hayan bebido antes de él. Aquí se olisquean rastros leves pero penetrantes de Ray Davies e incluso unos segundos de Can. Si lo embelleces todo con su personalidad inimitable, sale lo que sale. Otra cosa es que pudiera repetir jugada. El acomodo, la pasta... No van de la mano con la llama del arte, ¿verdad?
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