FREAK ROCK. "Pork Soda" podía haber sido el mejor disco de Primus. Así lo atestigua un grupo de temas que está entre lo mejor que saliera de la mente enferma de Les Claypool. "My Name Is Mud", "Welcome to this World", "Bob", "DMV", "The Pressman" y "Mr. Krinkle" estarán en cualquier grandes éxitos que saque la banda. Su alma circense apela a la vez a la carcajada y a la admiración más absolutas. Son bombas rítmicas hilvanadas con la locura y la precisión de unos psicópatas del ritmo.
El problema, una vez más, es la autoindulgencia o la falta de visión. El exceso de experimentación alarga el disco hasta extremos injustificables y transforma lo que pudo ser el santo grial en un asunto pedregoso y de difícil digestión.
"Pork Soda" es la locura llevada al límite. El documento que da fe de la imposibilidad de contener las ínfulas de un líder sobrepasado por su propia creatividad. No creo que Claypool sea un genio, solo un magnífico instrumentista con un mundo interior propio que se empeña en volcar en sus discos como puede. Esto es, como un vómito expresivo al que le sobra personalidad y le falta criterio. Dicho esto desde el cariño, claro.
★★★☆☆
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