No estamos ante una obra definitiva, más bien una chuchería interesante en la que su frontman atrae todas las miradas. Esto es algo que se acentuaría en el futuro. Sí, parece que Jarvis Cocker tenía pretensiones de artistazo farandulero desde la cuna. Aquí nos enseña cómo se canta sin miedo a la sobreactuación, cómo se maneja ese dandismo maldito entre Wilde y Rimbaud, cómo se susurra o se recita a lo Gainsbourg. Todo lo que lo acabaría encumbrando en años venideros como uno de los grandes. Todo lo odioso que muchos le echan en cara cada vez que sale al escenario. En resumen, todo eso que siempre nos va a encantar de él.
Los primeros pasos del, posiblemente, mejor grupo británico de los 90 fueron cortitos y lentos pero nada dubitativos.
★★★☆☆
Total: 40 min.
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