ROCK. No dudo que en 1994 fuera fácil vilipendiar este álbum, el noveno de los norteamericanos. Venía justo después de "Automatic for the People" (92), casi nada. Ahora me resulta más difícil. Ya hemos presenciado lo que han hecho en los últimos tiempos y, claro, esto no es ambrosía pero se parece un poco. Para su concepción adoptaron una actitud loable en todo artista: la huída hacia delante. No tenía sentido intentar una jugada parecida al disco anterior. Por ello armaron este disco con electricidad borboteante.
El resultado es desigual aunque placentero en algunos tramos. Nada que objetar en los picos, "What's the Frequency Kenneth" (novedosa por abrir fuego y vibrante), "Strange Currencies" (de estética algo manida aunque inmaculada), "Bang and Blame" (tortuosa y chirriante) y esa cumbre llamada "Let Me In" (celestial pozo de estática y reverberación que homenajea al recientemente desaparecido Kurt Cobain y para la que usan una de sus guitarras). Eso sí es tomar la esencia de "Automatic for the People" y filtrarla en algo memorable.
Lo malo es cuando se equivocan. Y lo hacen cuando intentan jugar a lo que no son ni deberían querer ser. Cuando juegan a la sobrecarga barata y teatral ("King of Comedy") o a disfrazarse de Led Zeppelin en oscuro ("You"), por decir dos. Y es que la autoindulgencia en el grupo empezaba a dominar sus decisiones y eso era preocupante. Por ello el futuro ha dictado sentencia sobre el origen de los males de los de Athens. Está aquí. A pesar de todas las bondades de un disco arisco emparentado con un grunge que empezaba a agonizar. "Monster" es lo que es, ni más ni menos, rock rudo que no puede esquivar la sutileza por mucho que lo intente.
★★★☆☆
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