EXHUMACIÓN. Inesperadamente este artificio con tara desde el origen se acaba sobreponiendo a sus muchos problemas para salir del pelotón de cola donde parecía condenado a estar dentro del canon de los británicos. Sin poder aspirar al triunfo artístico, y aunque me pese reconocerlo, se hace su hueco en la discografía de Queen.
Quizás "Innuendo" debería haber sido su colofón definitivo. Una obra en la que Freddie metió sus manos hasta el fondo. Esto es otra cosa. A priori sólo una excusa para llenar las siempre ávidas carteras de los tres supervivientes del grupo, y está claro que mucho de eso hay aquí. La buena noticia, no obstante, es que de alguna forma consiguen invocar el espíritu del malogrado vocalista en una mezcla que, como todo lo que hicieron siempre, conjuga lo interesante y lo bochornoso. Todo con ese punto kitsch y epopéyico del que siempre han hecho gala.
Reunir descartes y retales y añadirles instrumentaciones y voces no me parece el mayor ejercicio artístico del mundo, y este álbum no es una excepción a eso. Por eso resulta reconfortante, dentro del tono mediocre del disco, encontrar alguna pieza con una cierta valía. "It's a Beautiful Day" nos muestra a Mercury relajado y entregado al soul. "Mother Love" acaba venciendo por su tono solemne. "Too Much Love Will Kill You" parece una tontería para llorones pero acaba convenciendo. Y "You Don't Fool Me", con su tono a lo "Living On My Own", nos muestra a Mercury en la discoteca y en su salsa. Sé que no es mucho. Sobre todo si lo enfrentamos al resto del disco, una zozobra continua entre oleadas de sentimentalismo barato. Ya lo sabíamos cuando lo publicaron, esto jamás debería haber visto la luz, pero ya que está aquí...
★☆☆☆☆
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