POP ROCK ÉPICO. Salió como adelanto de su muy esperado segundo álbum y anunciaba en su primer tema algo realmente prometedor. "My Iron Lung", la canción, era el buque insignia de "The Bends" (1995) y nos hacía babear con su contraste entre esa melodía emborronada por la saturación de efectos y ese grandioso final de ruído desbocado.
Lo demás tampoco se separaba demasiado de lo conocido en "Pablo Honey" (1993). Quizá llame la atención la belleza de "The Trickster" o "Lewis (Mistreated)", astilladas por el feedback, o la parquedad de la versión acústica de "Creep", pero poco más. No, este EP era solamente un disco prometedor con un cierto gancho pero que seguía marcando los conatos primerizos de una banda que entraría en una nueva dimensión sólo unos meses después.
★★★☆☆
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