momentazo #390: me atrae y me asusta

The Late Great Daniel Johnston: Discovered Covered (VV. AA., 2004)

POP

ALTERNATIVO - homenaje / pop dislocado

Se dice, y creo que con acierto, que nada mejor para catar la valía de un artista que comprobar el nivel de sus seguidores. Aquí queda más que patente. La nómina de artistas que se atreven a versionar la obra de Daniel Johnston impresiona por cantidad y calidad. Del esquivo E (Eels) a Gordon Gano (Violent Femmes), y del finísimo M. Ward al grandioso Vic Chesnutt, pasando por todo un clásico eterno como Tom Waits, el elenco aquí reunido impresiona por acumulación. Más si cabe cuando se emplean a fondo con una figura maldita y semiclandestina como la de Daniel Johnston, el cantautor que quiso ser como los Beatles y ha acabado siéndolo, al menos en el corazón de un puñado de fans para nada masivo pero fieles hasta el culto.

Nada mejor para catar la valía de un artista que comprobar el nivel de sus seguidores

 La idea de este recopilatorio no podía ser más oportuna. Casi 25 años después de su primera cassette es un buen momento para recapitular y hacer balance, para poner en valor un cancionero único en su deliciosa limitación. De ahí que me parezca estupendo el acompañar las versiones con un segundo CD en el que podermos enfrentarlas a las originales de Johnston. Así comprobaremos directamente quién ha sido fiel y quién se ha salido del tiesto, aunque creo que las dos actitudes triunfan aquí. Los fieles porque por mucho que lo sean jamás podrán imitar, y no lo intentan, el estilo de Johnston. Los creativos porque aportan y no se quedan en la marcianada sin sentido. La esencia está intacta y un ambiente de respeto casi religioso flota en el aire.


No suelo ser amigo de los discos tributo. No suelen salir bien. No me suelen aportar grandes cosas aparte de aquel grupo que me vuelve loco y del que siento auténtica necesidad de escucharlo todo. Por lo demás suelen ser decepcionantes y normalmente tengo que conformarme con alguna que otra sorpresita perdida aquí o allá. Muy poco que llevarse a la boca. No es el caso de este disco. Aquí no sé si es que se lo curran a base de bien o que me encanta descubrir cómo florecen algunas melodías que en Johnston sólo se intuían y aquí revientan por fin. Y si están demasiado claras tampoco hay problema. Me pongo el segundo CD para que Daniel me diga la verdad como siempre ha hecho. Eso no falla.