momentazo #412: road to nowhere

The Road (Cormac McCarthy, 2006)

NOVELA

DRAMA - distopía

Cormac McCarthy pinta un cuadro terrorífico sobre un futuro no tan lejano y no tan imposible. Un padre y un hijo en una huída hacia ninguna parte atraviesan un paisaje de pesadilla donde todo arde o está cubierto de ceniza, el frío da cuchilladas y la lluvia no lava ni calma la sed. Un futuro post-apocalíptico de tintes pavorosos en el que desde el primer momento nos damos cuenta de que no hay esperanza alguna.

La vida siempre en movimiento, siempre a la búsqueda del golpe de suerte, rodeados de una humanidad medio extinguida a la que no le queda ni un rastro de alma

Esto es lo que impacta en esta obra maestra. Aun sabiéndolo de antemano, no podemos dejar de leer tratando de llegar a algún desenlace que nos gustaría fuera positivo. Ardua y vana labor como la huída de los protagonistas, la vida siempre en movimiento, siempre a la búsqueda del golpe de suerte, rodeados de una humanidad medio extinguida a la que no le queda ni un rastro de alma. Supervivientes de la nada, sobreviviendo por inercia, sin sentido. Gente sin futuro, casi sin presente y a la que hace años que se le olvidó su pasado.


En medio de toda esta desolación nos encontramos la inocencia sanadora del niño, el portador del fuego secreto, como un Prometeo que trata de alimentar una esperanza casi aniquilada. El único que lucha enconado para que su padre no acabe de perder los últimos rastros de lo que nos hace humanos. Porque esta novela va sobre la soledad y la muerte pero también sobre la vida, esa vida que se abre paso contra todo pronóstico y contra todas las dificultades.


McCarthy redondea un relato impresionantemente bello y terriblemente doloroso. Sus materiales, sus escenarios, sus diálogos están en los huesos. No hay barroquismo de ningún tipo en esta novela. Los personajes se mueven casi a espasmos y hablan con ideas básicas, rotundas, sencillas, como anunciando el fin del mundo o el inicio de otro nuevo. Personajes medio muertos o recién nacidos que lanzan una advertencia que es como un puñetazo para nosotros. Lo peor es que no sé si escucharemos. Al fin y al cabo estamos condenados por nuestra propia naturaleza.