Las distopías y los discos conceptuales, una pareja que siempre ha dado mucho juego. Aquí tenemos uno de sus ejemplos más definitivos. Rush no parecían a priori nada especial en la escena, aunque está claro que su prestigio dentro de los círculos progresivos está ganado a pulso y en buena parte por este disco medio conceptual que es su obra más destacada. Si Rush se han diferenciado en algo de sus congéneres ha sido por su legendaria precisión, por ser canadienses y porque el batería era el que escribía las letras.
No son Rush fáciles de catalogar, ni cómodos, ni de fácil digestión, ni por supuesto abiertamente prestigiosos fuera del círculo cerrado de lo progresivo. Saben lo que quieren y saben cómo hacerlo pero se pasan tres pueblos en todo
Neil Peart se basó ampliamente en "Anthem" (Ayn Rand, 1937), novela corta que se imbuye del objetivismo de su autor, corriente filosófica directamente emparentada con el capitalismo salvaje y que conecta según ciertos autores con la extrema derecha. Es un detalle más que no ayuda a que me encante el disco. Así, en una hipotética tormenta de ideas tras su escucha se me escapan cosas como rock cósmico, Robert Plant hipertrofiado, George Orwell de saldo, rollo progresivo en formato escueto, música retorcida según un patrón clásico… No son Rush fáciles de catalogar, ni cómodos, ni de fácil digestión, ni por supuesto abiertamente prestigiosos fuera del círculo cerrado de lo progresivo. Saben lo que quieren y saben cómo hacerlo pero se pasan tres pueblos en todo.
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