TORCH SONGS. La segunda parte de los excesos versallescos de Rufus Wainwright es aún más lujosa y más insoportable que la primera. "Agnus Dei" lo deja bien claro desde el principio. Y sin embargo esta segunda entrega acaba siendo más disfrutable que su hermano mayor. Debe ser una cuestión de coherencia. Si vas a hacerlo grande, hazlo enorme. Si vas a pasarte, exagéralo al máximo. Si tachan tu música de pop rococó, entonces mejor compón algo que se parezca a esos lieder de Schubert ("Little Sister").
De alguna forma, Wainwright me toca más adentro aquí. Temas como "The One You Love" (¿su mejor canción?), "The Art Teacher" o "Hometown Waltz" me parecen de una honestidad apabullante. En ellos se desnuda sin pudor ofreciendo lo mejor de sí mismo en un ejercicio soberbio de exposición en el que se queda en pelotas. También en otras curiosidades como "Gay Messiah" o ese exótico "Old Whore's Diet" a medias con Antony que redondea un círculo que había empezado a trazar con los aires entre arábigos y sacros de "Agnus Dei".
El de Montreal (o NYC) consigue culminar sus ansias expresivas en un disco que es la guinda a una etapa, la mejor por el momento del cantante. La muestra más lujosa y ornamentada de su inmenso talento. Un talento que tiene que pelear constantemente para no morir ahogado por sus propias ínfulas. Así es difícil que Wainwright pueda entregar una obra de esas que llamamos definitivas. Visto lo visto parece condenado a labrar buenos discos con un par de canciones excepcionales pero con un conjunto que no acaba de epatar en su acabado. "Want Two" es un muy buen disco, puede que su techo. El tiempo dirá.
★★★☆☆
Total: 53:53
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