miércoles, 4 de abril de 2018

Jugando al ajedrez con la muerte

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Scott 4 (Scott Walker, 1969)


POP BARROCO. El siguiente paso tras Scott 3 (69) puede parecer por su título la culminación de una tetralogía genial. No lo es. Más bien me gusta verlo como un anexo a la magnífica terna inicial de Walker. Un apéndice que no explica ni aclara nada sobre el misterio que flota en el aire cuando suena su música. Lo enturbia todo un poco más.

Si en Scott (67) el artista trataba de romper con su pasado en un difícil equilibrio entre la honestidad y la devoción; en Scott 2 (68) reposaba su estilo manteniendo el pulso encendido; en Scott 3 se definía y explotaba desde la certeza de una personalidad inimitable que bebía de clásicos y encontraba la plenitud… En Scott 4 abandona la senda que estaba creando en busca de un atajo que le llevara al manantial que pudiera refrescar su quemazón interior. Se puede decir que llega a otearlo desde lejos pero le fallan las fuerzas o los espejismos le traicionan en su objetivo.

Ponemos el disco y nos descubrimos arrodillados ante "The Seventh Seal", la mejor introducción posible, una de sus mejores canciones. En ella nos desgaja la historia existencialista de la película de Ingmar Bergman acompañado por la oscuridad impenetrable de su melodía fronteriza. Estaba claro que Walker se hacía preguntas con respuestas tortuosas o inexistentes. Ese punto marca un descenso desde la cumbre con algún repecho importante.

Mucho había cambiado en el arte del cantante. Para empezar deja de apoyarse en temas ajenos. Y en esa búsqueda de una nueva identidad se percibe también un hálito de agotamiento. Algo se estaba acabando. Las canciones tienen un giro inesperado. La que se parece a una de Elvis no podría cantarla él nunca y todas tienen un algo obtuso que las hace difíciles, bastante más de lo que parecen y bastante más de lo que el fan desearía.

No, Scott Walker no se iba a quedar con la etiqueta de cantautor al uso y este disco supone el final de una época. El borde de una grieta que iría de 1969 a 1983 - lo que hay en medio, el vacío, tiene poca importancia, la verdad. En ese año comenzaría una nueva trilogía. Puede que incluso más apasionante que la primera de la que este disco es testigo oblicuo y apartado. Y esa sensación de que pretende más de lo que consigue. Pero es que lo que pretende ya es mucho.

★★★★☆

A1 The Seventh Seal 4:57
A2 On Your Own Again 1:48
A3 The World's Strongest Man 2:21
A4 Angels of Ashes 4:21
A5 Boy Child 3:38
B1 Hero of the War 2:28
B2 The Old Man's Back Again (Dedicated to the Neo-Stalinist Regime) 3:43
B3 Duchess 2:50
B4 Get Behind Me 3:14
B5 Rhymes of Goodbye 3:04
Total: 32:24

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