lunes, 9 de abril de 2018

Tormenta en negro

 The Drift (Scott Walker, 2006)
 

TORMENTA EN NEGRO. Llega el momento de ponerse serio. Llega el momento de reseñar uno de los mejores discos de 2006 (el mejor posiblemente). Muchas veces hay que sujetar los epítetos para no parecer exagerado. Esta no es una de ellas, porque cuando una obra de arte se expresa de una forma tan libre, tan irredenta, tan irreductible, solo se le puede alabar por los cuatro costados. Y más en estos tiempos de tibieza y acomodo.

The Drift es un disco incómodo como pocos. Es ópera contemporánea, vanguardia... Todo y nada, un islote en medio del vacío que engulle buena parte de la música actual. Puedo entender que resulte insoportable para mucha gente, pero creo que habrá unanimidad al calificarlo de impactante. Eso lo es por fuerza, para empezar, por ese arranque de huracán contenido en una noche de negrura impenetrable. "Cossacks Are" es el inicio más espectacular al que un disco me ha sometido en años.

Una marcha roja y sangrienta que se repliega en la calma tensa de esa "canción de amor fascista" que dijera el propio Noel Scott Engel. "Clara", homenaje oblicuo y nada convencional a Claretta Petacci, amante de Mussolini que decidiera morir a su lado por su voluntad. La oscuridad y el sentimiento a flor de piel que transmite Walker en cada inflexión roza el paroxismo, la euforia y el llanto. Un expresionismo subrayado por percusiones paganas sobre un costillar de ternera y los gemidos subterráneos de los condenados. Todo un atrezzo impagable para recrear la oleada de fascismo que la canción quiere transmitir. Muy necesario ante el surgimiento de movimientos que recuerdan demasiado a otros de antaño. El pavor en estado puro.

Y es que el disco es absolutamente terrorífico porque retrata, de una forma impresionista y tangencial aunque vívida, el mundo en que vivimos. Milosevic, el terrorismo y el pato Donald conviven en una obra de arte total, un disco pictórico y lleno de pequeños detalles. Un disco negro, obtuso y dolorosamente humano. Por esos arreglos duros y secos que (des)arropan esa VOZ. Una voz salida de las mismas entrañas de la tierra, que siempre va a emocionarnos. Como lo hicieran antes Don Van Vliet (Trout Mask Replica (1969)) o Tim Buckley (Starsailor (1970)). Dos voces emparentadas con la de Walker por empaque y octavas. Y la de Walker se expresa aquí libre como pocas veces logrando recrear a la perfección el infierno en la tierra. Un escenario con el que podemos sentirnos plenamente identificados. The Drift no hace más que recordarnos que la cosa está mal y que debemos estar contentos por estar vivos. ¿O no?.


1 Cossacks Are 4:31
2 Clara 12:43
3 Jesse 6:28
4 Jolson and Jones 7:45
5 Cue 10:27
6 Hand Me Ups 5:49
7 Buzzers 6:39
8 Psoriatic 5:51
9 The Escape 5:18
10 A Lover Loves 3:13
Total: 68:44

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